Rodrigo Rojas es el único karateka en la historia que le ha ganado a los quienes históricamente han levantado el título. Su competencia no sólo se trataba de otros entusiastas, luchó contra jueces japoneses expertos.

Fueron más de 40 años en los que el título de mejor del mundo estuvo de las manos de los japoneses, nadie lograba quitarles la posición. Hasta que un chileno los venció en Irlanda en 2017. Todos los medios cubrieron el evento. Hace 21 años, un canadiense recibió el título porque descalificaron a un japonés.

https://www.youtube.com/watch?v=BOeOvfPakv4

Hoy, Rojas, continúa entrenando a diario para competir hasta coleccionar la mayor cantidad de títulos que le sean posible.

El escenario es complicado. Los deportes en Chile son toda una polémica. ¿Cómo se puede profesionalizar el deporte? ¿De dónde salen los recursos? Todo esto mantiene a los deportistas en arenas movedizas de las que a diario tratan de escapar con ayuda de auspiciadores o presupuestos entregados por el Estado.


Conversamos con Rodrigo en su viaje a Austria, lugar en el que se encuentra para trabajar en su entrenamiento.

Se considera un hombre torpe, la fuerza no le juega buenas pasadas hasta que centra en la cancha, y su torpeza no hace más que direccionar su energía.

Con 27 años, el kinesiologo de profesión, empezó en esto con tan sólo 9 años. Su padre, un practicante de karate amateur, le sirvió como un rol model e insistió con el karate, dejando de lado el tenis.

En el mismo club de tenis cambiaron los planes y también se impartían clases de karate. “Era un profesor joven en un club de barrio en Peñelolen. Fui el primer alumno del profesor”.

Pasando el tiempo, se inscribió en campeonatos, le iba bien, le gustaba, y decidió estar enfocado completamente al karate después de pasar por tenis, natación, fútbol y otros más.

Fue entrenando y practicando por placer hasta los 14 años, fecha que coincide con las primeras categorías de los campeonatos nacionales. Se sumó y ganó, entonces lo invitaron a formar parte de la selección nacional.

Con entusiasmo por esta disciplina, el tiempo de entrenamiento iba ocupando cada vez más su agenda. Sin embargo a esa edad no quería profesionalizar esto, era todo por una suerte de comodidad.

Rodrigo Rojas no tenía previsto su futuro como deportista, sólo lo abrazó

Entrenaba y no ganaba en los torneos internacionales. “No entendía por qué, entrenaba y no resultada”.  A los 18 años con el equipo juvenil llegaron a los Juegos Panamericanos, obtuvieron plata, pero todavía había indecisión.

Ese fue el quiebre que le invitó a profesionalizar esto. Sin embargo sabía que de esto no iba a significar algo, ya que de karate no iba a poder vivir, “mi vieja siempre me lo dijo”. Así que a diferencia de otros deportistas, prefirió tener una carta bajo la manga y estudiar kinesiología.

El año 2016 terminó la universidad y quería hacer algo más. Se iba a ir a viajar o a estudiar en el extranjero, pero fue un buen año. Ganó el campeonato panamericano, el sudamericano, una copa del mundo en Brasil, un bronce en Las Vegas, se posicionó en el ranking mundial y su vida cambió para siempre.

https://www.youtube.com/watch?v=vsrvm0yMaU8

Final con Brasil

Con los planes cumplidos, pudo enfocarse en esto. “Nunca lo había pensado, sólo lo quería”.

Después de todo esto, no ejerce como kinesiologo. Con el ingreso de muchos karaketas a los Juegos Olímpicos, el circuito mundial aumentó y se le hace difícil ejercer la profesión porque prefiere estar entrenando. Ha estado un mes y medio entrenando en todo el mundo y ahora se viene otro mes y medio más.

“Es casi imposible. Para dedicarte a esto como profesión necesitas un sueldo y para poder tenerlo tienes que ser campeón panamericano o nada más. El sueldo no te deja vivir. Gracias a ese campeonato yo me pude dedicar a esto”, dice.

“Ahora me alcanza para vivir, pero no puedo esperar que eso sea más. Es difícil tomarlo como un trabajo, es una locura, sólo los locos se dedican al deporte en en Chile”, continúa.

Cada día llegan nuevos estudiantes a practicar karate. “Chile no se caracteriza por tener gran cantidad de peleadores, se han enfocado en sacar pocos deportistas, pero de calidad”.

Si bien el deporte sigue siendo considerado un hobbie, son muchos los chilenos que luchan contra ese prejuicio

No hay que desconocer el trabajo que se ha hecho a nivel de comité olímpico o de la federación, se ha hecho “un muy buen trabajo durante los últimos años para hablar de la profesionalización del deportista”.

“Sin duda falta mucho más, los deportistas no tienen jubilación, no tienen imposiciones, yo no puedo ni siquiera sacar un plan de teléfono sin tener el aval de mi familia, la cobertura de salud. Los técnicos, mi técnico, ganan en base a horas lo que gana una persona trabajando en un negocio de comida rápida. Chile está en un muy buen camino, está trabajando bien, se nos está escuchando y eso también hay que agradecerlo. Aún falta mucho“, finaliza.