Salt Cathedral es una banda colombiana radicada en New York, compuesta por Juliana Ronderos y Nicolás Losada.

En algún punto de sus inicios, tenían otro nombre. Il Abanico fue la primera parte del proyecto musical de Juliana Ronderos y Nicolás Losada, quienes se conocieron en el Berklee College of Music de Boston cuando estudiaron jazz. Su evolución hacia ritmos más tropicales y la preocupación de que el nombre del dúo fuera muy difícil de pronunciar para el público anglo, decidieron llamarse Salt Cathedral, en honor a la Catedral de Sal de Zipaquirá, en su natal Colombia.

Han lanzado tres EPs y dos singles, y a principios del año pasado publicaron su primer disco, logrando llegar a los diez millones de reproducciones en Spotify, a los cientos de seguidores en redes sociales y han sido publicados en diferentes medios de comunicación descritos como una promesa de la música.

Se han presentado en Estados Unidos, Japón, Canadá, Francia, Suiza y Colombia, compartiendo escenario con Skrillex, Kendrick Lamar, Jojo Mayer’s NERVE, entre otros.

Con un sonido tropical, logran entrelazar sus raíces con la música electrónica, estos colombianos se preparan para conquistar el mundo.

Conversamos con Juliana y Nicolás, esto fue lo que nos contaron.

¿Consideran que su música evoca el lado experimental del pop?

No sabemos si el oyente lo percibe, pero hay una intención en nuestra música de componer canciones que tengan un lado experimental. Es por el  puro placer de la aventura creativa; de crear una canción que maneje temas tan tradicionales como el amor, el dolor o la soledad y expresarlo en estéticas originales y refrescantes para el oyente. Experimentamos con diferentes ritmos, melodías, letras, formas, estilos y lo transformamos a merced de la intención de la canción.

Muchas personas dicen que la música electrónica no tiene corazón. ¿Qué opinión les merecen estas palabras?

Leí en una entrevista que le hicieron a Björk acerca del mismo tema que nos quedó sonando. Ella respondió que el corazón se lo pone el artista a su música.  Estoy de acuerdo. La música electrónica es un medio y hay gente que le pone corazón y otras que no. Es ridículo pensar así y generalizar que la música electrónica no tiene alma.

¿Qué tanto de Colombia hay en su música?

Puntualmente, hay referencias de ritmos champeteros y de reggaetón que hemos tenido a la hora de componer.  Siendo colombianos nuestra memoria musical abarca muchas cumbias, salsas y merengues que seguramente inconscientemente ha influido en nuestras decisiones a la hora de componer. También, los colombianos tienen una cultura muy fuerte de baile y creemos que eso ha influido al incorporar naturalmente ritmos más bailables en nuestras canciones.

Ustedes han sido productores de su propia música. Si bien esto hace de los proyectos musicales algo más interesante, no todos los artistas lo hacen. ¿De qué manera esto los vincula a mayor nivel con su música? ¿Recomiendan esto?

Sí, completamente. Ser los productores hace que la música tenga más intención y personalidad que si hay un productor en la mesa difiriendo, aportando, filtrando. Lo recomendamos si el músico tiene una intención muy clara de lo que quiere. Tener un productor colaborando es cuestión de la música; si la música lo necesita, que así sea.

Muchas bandas o solistas saben a qué público apuntan, a uno joven, a otro de cierto lugar o a cierta clase social. ¿A qué público apuntan ustedes?

Sinceramente nosotros nunca lo hemos pensado así. Nosotros nos concentramos en hacer la mejor música posible y ya. El público nos ha llegado de diferentes lugares y eso es lo mas lindo de este proyecto. Nada de nosotros es clasificable.

Nos dedicamos 100% a la banda en este momento. Disfrutamos mucho leer, ver películas, cocinar, bailar, hacer ejercicio. Escuchamos de TODO. Desde Bad Bunny hasta Arca. No hay límites. Influencias muchas, pero nuestro reciente disco ha estado influenciado por Jamaica y el Caribe, específicamente. Amaríamos hacer una colaboración con J Balvin o Bad Bunny.

https://www.youtube.com/watch?v=lriylbmxYxI