Los asesinatos de masajistas pertenecientes a la comunidad asiática a manos de un hombre blanco en Estados Unidos, impulsaron el movimiento #StopAsianHate en ese país. Algo que se ha replicado en otras partes del mundo, donde los mismos integrantes de esta comunidad cuentan que tras la pandemia, la xenofobia y violencia que reciben se multiplicó. En nuestro país, donde no hay cifras disponibles sobre crímenes de odio hacia las y los asiáticos, Zhiying Gao denunció en su Instagram personal la violencia que vive ella de manera cotidiana. Aquí su historia y el motivo que la llevó a levantar la voz.
“Hay gente a la que están matando, a la que están acosando, a la que están maltratando y hay gente que se está suicidando y a mi como persona china me preocupa mucho”, dijo Zhiying en el video de 5 minutos que publicó el 18 de marzo en su cuenta de Instagram. El IGTV titulado “Mi experiencia con la Xenofobia siendo China en Chile” hoy cuenta con casi 200 mil reproducciones.
En el mismo video Zhiying cuenta anécdotas de su infancia y recuerda que llegó a odiar ser china. Cuando entró al sistema educativo, ella no se sentía distinta a sus compañeros de colegio, pero sus pares se lo hicieron notar. Rasgaban sus ojos imitando sus facciones y la apodaban con sobrenombres despectivos. El primero, según relata en el video, fue “china cochina”. Además, como no era una alumna destacada en matemáticas, le decían que era algo extraño al ser asiática. “Me hicieron odiar lo que yo era”, cuenta.
Su familia es de la localidad de Guangzhou, China. Ella, en cambio, nació en Concepción y actualmente vive en Temuco. La estudiante universitaria de derecho es la primera generación chilena en su familia. “Según recuerdo, mis papás no me hablaron de esta situación cuando pequeña y, quizás, también es porque lo pudieron haber tenido tan internalizado que lo vieron como algo que pasaba y que teníamos que aguantarnos”, comenta desde su hogar en la región de la Araucanía.
Sin embargo, hablaba con su hermana mayor sobre lo que le sucedía al salir a la calle. Se aconsejaban y se volvieron el espacio seguro la una de la otra. “Pero en el sentido de aprender a sobrellevarlo, ni ella ni yo pudimos transmitirnos cómo enfrentarlo. Una vive con eso y no sabe cómo manejarlo porque es algo que escapa de nuestras manos”, explica.
Con la llegada de la pandemia por coronavirus, Zhiying cuenta que la xenofobia hacia las personas asiáticas se exacerbó más. Incluso el ex mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, llamaba al coronavirus “el virus chino”. La policía de Nueva York informó recientemente que los delitos de odio motivados por sentimientos anti-asiáticos aumentaron un 1.900% en la ciudad en 2020.
Aquí, al principio de la cuarentena pasada, ella dice que prefirió dejar pasar y no responder las historias de personas que conocía y que subían contenido xenofóbico y de odio hacia la comunidad asiática. En el video que posteó en Instagram aseguró haber visto una story durante la pandemia que decía “soy racista con los chinos, ¿Y qué?”.
Pero este año vio un Tik Tok de una chilena asiática llamada Sua Cho, donde daba su testimonio sobre ser coreana en Chile y tomó la decisión de publicar su historia. “A pesar de no conocerla y de nunca haber hablado con ella, me sentí acompañada y también que iba a encontrar un apoyo”, asegura.
Con su publicación hablando sobre racismo recibió comentarios de diversa índole, pero de alguna manera logró crear un espacio para que personas de la comunidad asiática les contaran de sus vivencias. “Me decían que cuando veían mi video pensaban que eran ellos los que estaban hablando y también me agradecieron porque no manejaban el idioma, entonces se les hacía muy difícil contar sus propias vivencias”, dice.
La barrera del idioma, asegura, es sin duda un hecho relevante en esta problemática. “Es una de las razones por las que no hemos podido alzar nuestra voz y decir stop con todo esto”, sostiene. Es optimista al comentar que tal como se inspiró con Sua, pueden haber más personas que vean su video y decidan publicar sus testimonios. Para Zhiying es importante dejar claro que su intención tras el IGTV jamás fue ser considerada la líder de este movimiento en Chile, sino que visibilizar la histórica xenofobia a través de sus vivencias y que los demás también lo hagan.
Siguiendo la misma línea, planea utilizar los conocimientos de su carrera para poder ayudar a más personas que han sufrido violencia xenofóbica por su país de origen. “Hay personas que invalidan lo que digo, cuando son cosas que he recogido de mi propio estudio y de autores reconocidos chilenos. Me dicen que no tengo nada que hacer ahí porque no soy chilena y que, por lo tanto, no puedo hablar de derecho chileno”, comenta.
Hoy cuenta feliz que ha podido crear una red de apoyo y contención con más personas de la comunidad asiática en Chile. Esto la motiva a poder hacer un cambio en el futuro. “Es difícil transmitir en concreto cómo enfrentarlo porque aún no sé cómo aplicar con precisión las herramientas que estoy adquiriendo para ayudar en el tema, pero de todas formas quiero seguir estudiando e informando, para ayudar”, afirma.