El debate sobre la extinción de los neandertales y la prevalencia de los seres humanos en la Tierra dio un giro este mes. A través del análisis de ADN fósil la comunidad científica reforzó una teoría que indicaría que nunca se extinguieron, sino que somos nosotrxs. ¿Cómo? Gracias al sexo. Te contamos esta y otras hipótesis sobre la descendencia del cromañón.
Sexo neandertal con humanos podría ser el título de una canción de trap, pero no lo es. Pareciera ser parte de una hipótesis que a medida que pasan los años va tomando mayor peso en la comunidad científica. En el siglo pasado se pensaba que los neandertales se extinguieron alrededor de 42 mil años atrás. Sin embargo, con el creciente número de hallazgos de restos fósiles de antepasados que tienen una combinación de ADN de esta especie así como de homo sapiens (nosotrxs), hay nuevas teorías sobre su continuidad.
Por su parte, la revista Nature publicó este mes un estudio sobre el material genético de cuatro personas que habitaron Europa hace 45.000 años. Las conclusiones dan luz verde a la teoría del cruce entre especies neandertales y homo sapiens. Todos tenían antepasados, más o menos directos, neandertales. Y no es la primera vez que ocurre: en 2002, dos exploradores dieron con restos de ambas especies en una misma cueva y que vivieron en el mismo período.
El paleoantropólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Antonio Rosas, explicó en conversación con El País que la huella neandertal está muy presente en seis o siete generaciones anteriores a la nuestra. Además, asegura que con los análisis más recientes se podría confirmar que esta hibridación de especies era más frecuente de lo que se creía.
Sin embargo, no comparte la teoría sobre la incorporación neandertal en la población humana actual. “Es posible que en algunos lugares se produjese ese fenómeno, pero también es probable que en otros los neandertales se extinguiesen”, explicó.
Siguiendo la misma línea, en 2017 la antropóloga de la Universidad Estatal de Pensilvania, Laura Weyrich, descubrió la marca de un parásito microscópico de 48.000 años en un diente prehistórico. ¿La importancia? Podría haber pasado de un humano moderno primitivo a un neandertal a través de un beso. Decidió investigar con mandíbulas encontradas en partes diferentes. Dos de ellas indicaron que existía una bacteria que todavía se encuentra en la boca humana: Methanobrevibacter oralis. Esta puede traspasarse por compartir comida o por besarse.
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“Veo a los microbios antiguos como una forma de aprender más sobre el pasado, y el sarro es realmente la única forma confiable de reconstruir los microorganismos que vivían dentro de los humanos antiguos”, dice Weyrich.
Por otra parte, tras años de investigación, científicos descubrieron que los órganos sexuales masculinos eran lisos, no con púas como se llegó a pensar (por temas evolutivos). Según consigna la BBC, casi el 99% de los chimpancés con los que estamos relacionados tienen esta características en sus penes para eliminar los espermatozoides de los demás machos. Sin embargo, el debate sobre nuestra ascendencia aún no termina.