¿Michael quién? ¿Brunos Mars rey de qué? Es que con Beyoncé todo es mejor y perfecto.

Después de un cambio de planes, decidí no gastar mi dinero en un pasaje en avión a Los Angeles y guardarme la oportunidad de ir Coachella. Es que hay tantas cosas que uno puede hacer con 2 mil dólares…mentira. Jamás he tenido esa plata, y si la tuviera, probablemente seguiría pagando deudas. Lo bueno es que el festival de música había anunciado de que iba a emitir por streaming algunos shows, y ese sueño de gastar mi dinero en una de las entradas más caras del planeta quedan guardados en mi corazón. Y porque realmente nunca voy a estar allá, menos peleando por mirar por sobre las cabezas de gigantes o los celulares grabándolo todo.

Por suerte, el espectáculo completo de Beyoncé fue grabado completo por los camarógrafos de Coachella, dándonos una pieza de historia musical que será recordada por los años que sigan. Fue devolverle al concepto de show en vivo la posibilidad de ser grandioso de nuevo, y no una interpretación chill out de los temas más conocidos de un artista o banda. El show, que duró casi 2 horas, fue una versión extendida, y menos pirotécnica, de todas las presentaciones que Beyoncé ha dado en prestaciones y en algunos Super Bowl.

También, fue una forma de homenajear la cultura negra que ha sido su lucha de batalla, sobre todo en los últimos años de carrera. Poner en escena más de 100 personas es una ambición que solo ella pudo hacer realidad, como también el orquestar a una banda tipo de escuela gringa que tomaron los estudiantes negros y lo convirtieron en una “batalla de las bandas” pero con trombones y tambores.

Este show tenía que haber sido parte del Coachella de 2017, pero debido al embarazo de sus mellizos decidió cancelarlo hasta este año. Quizá no estábamos preparados antes para este momento, pero hoy sí y no podemos más de la explosión de cabeza que es ver a este ícono pop cantando, bailando, batiendo el pelo y reuniendo a gente importante para ella en el escenario, más siendo la primera mujer negra en ser headliner de un festival que está activo desde 1999.

Ahora, a diseccionar la presentación completa de Beyoncé en el Coachella 2018:


Entradas triunfales


¿Podemos hablar del traje de estilo Nefertiti que tenía puesto al principio del show? Sinceramente, era mejor apreciarlo en cámara que quizá estar en el público (quizá esto es pura especulación de no haber podido estar ahí), porque el desplante del inicio estuvo pensado como un espectáculo televisado. El reveal es impactante, pero no deja en segundo plano ninguno de los que se va a mandar después, como aparecer en la tarima más alta de su escenografía tipo estadio o desde el suelo junto a Michelle y Kelly.


 

Lo bueno queda en familia

No dejó a nadie en la casa: llevó a marido, hermana y mejores amigas a presentarse en escena. Pasada la marca de la hora y tantos minutos, apareció Jay-Z para cantar con su esposa un tema en dueto del disco de 2006 B’Day “Déjà Vu”, coqueteando sutilmente frente al público y siendo él invitado en el exitoso camino de Beyoncé. Después, salieron de debajo del escenario Michelle, Kelly y Beyoncé para repasar un par de temas como Destiny’s Child (sí, todos estábamos que nos sacábamos los pelos de la cabeza cuando cantaron “Say My Name”) y terminó bailando con su hermana Solange una intro a “Single Ladies”.

El destino las reunió, así que lloramos de felicidad.
Juegos de sista-sista.

Brillo para todos

Fueron cinco cambios de ropa los que hizo Beyoncé en todo el show. Cada uno tenía su magia: el body y la capa brillante (más el cetro) de la entrada triunfal al escenario; el poltrón amarillo + body, shorts mega bootylicious y las botas peludas blancas; el body de látex negro con hombreras brillantes; la polera de malla con un escudo con su nombre, como si fuera una universidad, y traje brillante militar del final. Cambio que pasaba era más impactante. Nota a parte fue su impecable banda y bailarines, todos con un detalle brillante distintivo, porque, ¿si estás trabajando para Queen Bey cómo no vas a brillar?


¿Cantar y bailar al mismo tiempo?

Siempre dicen que los artistas hombres son los más secos en bailar y cantar al mismo tiempo, tal como lo hizo en su momento Michael Jackson, Prince, David Bowie (que ya se nos fueron) y en la actualidad Justin Timberlake y Bruno Mars cumplen ese molde. Pero, paren todo: Beyoncé les pega una patada en el culo a todos. Fueron casi dos horas sin parar entre canto, baile y cambios de ropa, y se le notaba en la cara el cansancio por el sudor que le corría. Pero con suerte paró una vez en vivo para tomar agua y lo demás se lo pasó bailando y cantando, porque así es Sasha Fierce: nunca para <3.


Y a ti, ¿qué te pareció el show de Beyoncé?