Tienen una mala fama completamente injustificada.
El día 27 de julio, se instauró el Día Internacional del Perro Callejero y, más que una celebración, es un día que busca generar conciencia y ayudar a los perros que viven en la calle, porque los perros callejeros no son “pintorescos” y no son un atractivo de nuestro país, son el reflejo de nuestra irresponsabilidad y la poca conciencia de tenencia responsable.
No son perros callejeros, son perros abandonados.
Según un estudio de la Intendencia, sólo en la Región Metropolitana hay 1.689.942 perros, 1.599.563 (el 94,65%) tiene dueño, y de ese porcentaje, 1.200.952 (el 71,06%) son “supervisados”, es decir que no salen solos a la calle. El otro porcentaje (23,56%) que son 398.611 perros en total, son callejeros pero supuestamente tienen hogar, son los clásicos que “se pasean solos” o que no tienen una supervisión constante, otros 90.379 perros (el 5.35%) definitivamente no tienen dueño: 64.784 son abandonados y 25.595 son considerados “de vecindario”. De los callejeros, casi todos tuvieron familia alguna vez, sólo que se pierden, los botan o simplemente no los pescan más.
Las cifras son alarmantes y, por lo mismo, la educación a una tenencia responsable tiene un gran énfasis en promover la adopción de mascotas y no la compra. Comprar un perro en el 2018 es casi tan estúpido como pagar dos mil pesos por cortar una margarita cimarrona (esas flores blancas que crecen en cualquier pasto) para ponértela en la cabeza.
Dentro de las fundaciones y el círculo de la gente que rescata perros, es conocido un síndrome que se llama “Síndrome del Perro Negro”, que demuestra que el ser humano es racista hasta para elegir mascotas: los perros negros son los más difíciles de dar en adopción.
¿Por qué es tan difícil que alguien quiera adoptar un perro negro? Por distintos motivos de nuestro inconsciente:
Primero, porque culturalmente lo negro siempre lo asociamos a lo malo, desde la mitología, el cine y literatura, los perros negros siempre son agresivos, como Cerbero, el perro de tres cabezas que cuida la puerta del infierno en la mitología griega, Garm, en la mitología nórdica, hasta Alpha, el perro doberman que habla chistoso en Up. Los perros negros (al igual que los gatos), en la cultura occidental han sido considerados como animales que dan mala suerte.
Segundo, porque el negro absorbe la luz y por lo mismo es difícil leer sus expresiones faciales, además, cuando recoges un perro negro y le sacas una foto para publicar en Internet, es mucho más difícil que se vea su carita y es más difícil generar una conexión emocional sin verlo en vivo.
Si a un perro negro ya le cuesta encontrar casa, imagínense lo que le cuesta a un perro negro y adulto, que son una gran mayoría en las calles. Los perritos negros son igual de cariñosos que uno de otro color, son igual de especiales y lindos, hasta un fotógrafo se inspiró en este síndrome y realizó una sesión de fotos/campaña que se llama “The Black Dogs Project“, en pro de la adopcion de perros negros.
Así que si estás pensando en tener un perro, te pedimos por favor que primero: adoptes, fomentar la compra y venta de perros es una crueldad, donde en muchos casos las perras son explotadas para parir una y otra vez y después las botan cuando están viejas, fomentas el mercado negro y haces que crezca el robo de mascotas, si la gente no comprara perros, nadie los robaría para venderlos, y segundo: intenta darle la oportunidad a un perro negro <3 no te va a decepcionar.