¿Has visto el gif de Sofía Vergara sacando de su cabeza una máscara de Emma Watson? ¿Te suena el nombre de Kerry Johnson? Ok mira.
El video es falso, es una manipulación creada por Photoshop y aquí te contamos en breve cómo se gestó todo. El 2011 se subió a YouTube un video titulado “Susan masks and unmasks”. El protagonista del material es Kerry Johnson, un artista de Seattle aficionado a enmascararse de mujer y conocido mundialmente en la subcultura de Internet gracias al documental Cahnnel 4, los secretos de las muñecas vivientes.
En el video (4:14) se puede ver el corte utilizado para crear el gif que tiempo después atravesaría Internet y que incluso Sofía Vergara vería impactada.
Este fetiche no es nada nuevo. Hay varios videos que datan de años. Kerry incluso dio una entrevista al diario The Atlantic donde explicó que sus abuelos lo hacían y que tiene libros de gente que usa máscaras de mujeres en los años 40 y 50.
El artista renunció a su trabajo para crear estas máscaras que ahora vende en en su página web.
Esto va más allá de usar vestidos y tacones y performar la actitud de una mujer. Se trata de generar la corporalidad de manera rápida, sencilla, pero costosa.
Esta subcultura inunda Internet y ha sido utilizada para el glamour en las páginas de Vogue en Italia con Carolyn Murphy en una sesión llamada El rostro del futuro, en manos del fotógrafo Gordon von Steiner.
Antes de compartir cualquier gif pregúntate primero a qué subcultura de Internet pertenece, te podrías sorprender.
El mundo de los hombres enmascarados de mujeres
Este fetiche, tal como cuenta Kerry, no es nada nuevo. Ha existido desde hace mucho. Los hombres disfrutan con enmascararse de mujeres y vivir una vida así, pero siempre en privado.
“Sería lo mismo que la asfixia autoerótica, nadie quiere hablar de eso, leer sobre eso y no quieres saber nada eso”, dice.
Kerry tiene 53 años y por más de 37 ocultó este trabajo, por muchos en la escena es considerado como el matriarca de las máscaras. Explica que hay revistas que incluso datan de 1930, pero que siempre se han movido desde la periferia.
Al usar la máscara pudo convertirse en otra persona.
A los 15 años recorrió tiendas de disfraces y encontró máscaras que fue personalizando para transformarse en lo que es hoy: el magnate de las máscaras.
Dice que se considera a si mismo un niño inseguro y al usar una máscara podía recrearse y convertirse en alguien diferente.
“Una cosa sería disfrazarme como un hombre, pero aún sería un hombre”, explicó. “Pero si pudiera disfrazarme como una mujer que sería una transformación total”.
Todo dio un giro más sexual cuando se masturbó por primera vez con una máscara puesta.
La idea de “mujer” no fue lo que lo excitó, fueron las máscaras en sí. “Casi siempre pensaba en máscaras cuando me estaba masturbando”. “Nunca me masturbé con chicas desnudas de Playboy ni nada por estilo”, dice.
Kerry sintió la culpa que como un halo rodeaba su sexualidad de adolescente. “Pensé que era la única persona en el planeta que tiene estos sentimientos y estos intereses”. Hasta que llegó Internet 20 años más tarde y descubrió una comunidad llena de hombres que disfrutaba de usar máscaras femeninas. Sintió tanto consuelo que vio en esto un negocio emocionante.
Las dos máscaras que utilizó desde un principio, una de la novia de Frankenstein y otra de una mujer rubia, quedaron en el pasado y se dispuso a crear todo lo que vende hoy.
Entre esto y su paso a vender a otros enmascaradores dejó su trabajo y una habitación de casa la transformó en un taller, lo que por supuesto no le cayó demasiado bien a s esposa, con la cual lleva 12 años de matrimonio.
“Ella piensa que es raro. No tiene nada que ver con esto. De vez en cuando me ayuda con algo pero no es lo suyo “.
En sus actividades sexuales no usan máscaras, y Kerry piensa que es algo bueno. “Es una de esas cosas en las que todos tenemos fantasías, escenarios que nos gustaría recrear, pero creo que la realidad sería realmente, realmente decepcionante. Entonces, probablemente sea mejor no intentarlo “, comentó.
“En cierto modo, no quiero fetichizar a mi esposa. Ya sabes, tengo relaciones sexuales con mi esposa porque la amo. Y no quiero convertirla en un objeto sexual, si eso tiene sentido en absoluto. Debido a que la máscara es un objeto fetiche, es lo único que realmente existe “.
“Entre travestis, travestis, transexuales y similares, a menudo existe la idea de que el enmascaramiento no es real, que es una puesta, una sustituta, una farsa. La idea de que si una persona fuera realmente seria, no se esconderían detrás de una máscara “, reflexiona T-Vyrus , una muñeca de 34 años editora de la revista de personas enmascaradas Hot Girls.
Porque si, hay una revista también de personas enmascaradas.