La bebida puede cambiar los paradigmas sobre cuan eficiente es trabajar sin ansiedad con una alternativa sin químicos ni preservantes.
Como muchos, soy una persona que sufre de ansiedad. No estoy hablando de una ansiedad que te mantiene con las uñas mordidas moviéndote de forma satírica como ha expuesto la televisión durante décadas sino de una ansiedad invalidante que ha sido trabajada mediante terapia, deporte y buenos hábitos alimenticios para mantenerla a raya.
Cuando comencé a hablar sobre las crisis de pánico que aparecían por periodos específicos de estrés, caí en cuenta que muchos de mis conocidos y amigos pasaban por lo mismo, pero se avergonzaban de expresarlo abiertamente por miedo a ser juzgados.
Existen diversos factores que predisponen a que una persona sufra de ansiedad, teniendo uno de ellos relación directa con el comportamiento que adoptamos frente a los patrones causantes del estrés producto de nuestro estilo de vida.
Y no es menor, porque la situación en Chile y las presiones que pone la sociedad sobre los individuos genera la receta perfecta para sufrir síntomas ansiosos y ni mencionaremos las deficiencias para tratar la salud mental de las personas en nuestro sistema de salud.
Pero también existen factores culturales que nos predisponen a sufrir de ansiedad. Uno de ellos es el consumo de estimulantes como fuente de energía innecesaria.
¿Cuántas veces hemos recurrido al café o bebidas energéticas para mantenernos alerta sin tomar en cuenta las consecuencias negativas que estas infusiones tienen para nosotros?
Chile es el tercer mayor consumidor per cápita de bebidas en el mundo, con cerca de 26 litros de bebida al mes, solo superado por países como Estados Unidos y México, demostrando la amplitud e impacto en diferentes segmentos de la población que tiene la industria de líquidos no alcohólicos de consumo masivo.
Conscientes de estos riegos, el mercado ha cambiado para satisfacer las necesidades de su público privilegiando su bienestar entregando soluciones creativas y que no tengan un efecto negativo en la salud de sus consumidores.
Desde hace un par de años, Zerenity -la antítesis de las energéticas- implementó la siguiente idea: promover el relajo como método creativo y eficiente en espacios laborales o de dispersión.
Es normal que se asocie la cafeína con la productividad cuando la realidad es otra: las mejores ideas ocurren cuando estamos relajados en espacios sin presión o ansiedad.
La bebida no contiene azúcar, ni calorías. Está compuesta de Triptófano, Vitamina C, Vitaminas B1, B3, B6, B12, saborizantes naturales y un ligero toque de gas.
Esto la transforma en uno de los relajantes musculares, reductores de estrés y calmantes más eficaces del mercado. Además, se puede consumir en cuatro distintos sabores: limón, berries, vainilla y mango.
La probamos y sí, es un buen aliado para bajar los cambios en una jornada laboral extenuante, y si bien no es lo mismo que fumar un porro de marihuana, potencia y complementa los efectos relajantes de la cannabis tal como nos contaron sus propios creadores.
Como somos generosos y queremos que pruebes por ti mismox los efectos de Zerenity, te invitamos a participar por un año gratis de la bebida y olvidarte de los estímulos convencionales para rendir en la universidad o el trabajo.
Para participar debes ser fan de la página oficial de Weekend Never Dies y compartir este post de forma pública.
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