Con sólo mirar a través de un caleidoscopio la artista holandesa Suzan Drummen se inspiró para hacer instalaciones temporales a gran escala que simulan estar dentro de uno.
Con infinita paciencia, Drummen monta –en suelos y paredes- alucinantes creaciones hechas con miles de espejos, cristales, metales cromados, vidrios y piedras preciosas de todos los colores que puedas imaginar.
El resultado son vibrantes patrones reflectantes hechos de diferentes círculos y espirales geométricamente brillantes y estéticamente similares a mandalas; formando superficies tridimensionales que te dejan loco.
Desde 2003 que está exponiendo este tipo de intervenciones en las cual se demora entre una y tres semanas en montar todo. Muy distintas entre ellas porque nunca las planifica; permite que el diseño de la obra se desarrolle dependiendo del espacio, las luces y los colores.
Los espectadores definen sus intervenciones como una experiencia visualmente muy estimulante. Puedes ver más trabajos de la talentosa Susan Drummen aquí.