Aunque en este caso no cambiaron el resultado y terminaron perdiendo el partido con Real Madrid, podría ser que esta tecnología -utilizada normalmente en procedimientos médicos- ayude a recopilar información cerebral necesaria para mejorar el rendimiento de los jugadores.
Aunque la relación de la tecnología y el fútbol ha sido complicada el último tiempo, por ejemplo, con el uso del VAR en cobros controvertidos, lo cierto es que su utilización puede ayudar a mejorar sustancialmente el rendimiento de los jugadores.
O eso por lo menos es lo que sucedió con el Liverpool, que si bien tiene una altísima calidad de futbolistas en su plantel, se les vio en los entrenamientos anteriores a la final de la Champions League que perdieron el sábado ante Real Madrid usando cables y sensores cerebrales.
La tecnología denominada interfaz cerebro-máquina, señala Infobae que corresponde a un sistema de monitoreo cerebral que usualmente es utilizado en tratamientos médicos que requieren anestesia para analizar si se da una correcta oxigenación del cerebro.
Te podría interesar: La historia de Jake Daniels, el futbolista de 17 años que se declaró gay en Inglaterra
Mediante estos sensores los equipos técnicos podrían detectar los momentos de mayor concentración durante los partidos y así mejorar el estado mental para un rendimiento superior. Con esta recolección de información neuronal, se pueden llevar a cabo mejores y más sofisticados entrenamientos individuales.
Es decir, estos no van a ayudar el rendimiento por sí solos, son solo un soporte para realizar mejores prácticas.
En este caso, fue durante la semana pasada que se observó al lateral derecho del Liverpool, Trent Alexander-Arnold, ocupando la tecnología “Neuro11” mientras realizaba lanzamientos libres, una de sus especialidades.
Al ocupar esto, se espera que el defensor pueda alcanzar un estado mental óptimo cuando ejecute tiros en el partido y así aumentar la probabilidad de hacer goles en situaciones ofensivas.