Los “mini pigs” llevan una vida de mierda por culpa de una moda irresponsable.

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Los llamados “cerditos tacitas de té” son considerados como una de las razas de cerdo más adorables del mundo. Aparecen en postales, como personajes de caricaturas y principalmente, en las fotografías motivacionales que tu tía comparte en Facebook.

Pero lo cierto es que estos cerditos no son una raza en sí. En realidad, no existe una especie de cerdo pequeño como tampoco existen perros que sean cachorros de por vida.

El marketing señala a los minipigs como una de las mejores alternativas a la hora de elegir una mascota (sobre todo en espacios reducidos como departamentos), pero comprar uno y seguir impulsando este mercado es una crueldad de la que poco se sabe y habla.

En primer lugar, los cerdos son malnutridos desde el momento de su nacimiento hasta la ocasión en que puedan ser comercializados. Como si fuera poco, para hacer posible y asegurarlo durante el mayor tiempo posible, se utilizan prácticas endogámicas para perpetuar su línea genética. Es decir, se cruza a cerdos de la misma camada creando problemas a corto plazo para los lechones recién nacidos.

Y como si esta no fuese una crueldad suficiente, te contamos que ninguna raza de mini cerdo se mantiene pequeña; todos los chanchitos adorables que viste en algún minuto, crecerán lo suficiente como para superar con creces el tamaño de cualquier perro y su aspecto no será para nada enternecedor.

Un adorable minipig que te venden como la mascota perfecta.

El mismo, unos meses después.

La situación lleva a que sus dueños abandonen a los cerdos apenas crecen y pierden su aspecto adorable, llegando a que existan granjas en Estados Unidos responsables del cuidado de cerdos que fueron abandonados por sus dueños. Se estima que dentro de estas granjas repartidas alrededor del país americano, existen más de un millón de lechones que alguna vez fueron requeridos por familias que cambiaron de opinión conforme aparecieron las primeras complicaciones.

De hecho, los cerdos junto a los perros y delfines, son los animales que presentan una inteligencia emocional superior a otros animales y requieren de mayor cuidado y atención que otras mascotas. Son animales que se aburren con facilidad y son propensos a hacer destrozos si se encuentran estresados o en lugares pequeños. Los cerdos también prefieren de la compañía de sus pares, y privarlos de una vida sin sus semejantes implica graves consecuencias para su desarrollo cognitivo y emocional.

En Chile, un minipig puede costar 40 mil pesos -dependiendo la raza- pero sus cuidados mensuales sobrepasan su precio original y no hace más que aumentar con el paso del tiempo al ser máquinas devoradoras de todo lo que tengan a su alcance.

Las hembras también tienen celo cada mes y los machos expelen un olor fuertísimo si no son castrados. Además, estos animales son considerados hipoalergénicos, pudiendo provocar malestares en sus dueños si no están bien informados al momento de aventurarse en comprar estos animales.

El marketing nos presenta estos animales de compañía como una buena opción y mucho piensan que tener uno de mascota es hacer el bien al salvarlos de un matadero o de terminar convertidos en paté. Sin embargo, la realidad es que la mayoría termina en el abandono luego de que sus dueños se vean imposibilitados de criar un animal de 70 kilos, exigente y que requiere de grandes cuidados.

Si tu plan es comprar o regalar uno ten en cuenta lo anterior, porque desde un punto hasta ahora la tenencia irresponsable de estos pequeños animales se está convirtiendo un problema enorme.