Los relatos de acoso sexual que hundieron a Terry Richardson

El fotógrafo fue baneado de seguir colaborando para Vogue, Vanity Fair y GQ.

A veces, los rumores sirven de algo. Después de años de acusaciones de abuso, el fotógrafo de moda Terry Richardson no podrá trabajar más con las revistas del grupo Condé Nast, que agrupa a Vogue, Vanity Fair y GQ, una de las publicaciones que más utiliza sus fotografías.

El hecho fue informado por el diario The Daily Telegraph a través de un email que estaba circulando desde el grupo medial, en donde informaron que la compañía no trabajará más con él. Miembros del staff dijeron que el trabajo que ya había sido entregado por Richardon, pero que aún no se publica, será “destruido o sustituido por otro material”. El periódico británico, además, informó que el vicepresidente del grupo envió el correo, después de que el domingo leyó un artículo en The Sunday Times sobre los escándalos del fotógrafo norteamericano.

Algunos medios lo llaman el “efecto Weinstein”, refiriéndose a las acusaciones de acoso sexual que el productor de Hollywood ha enfrentado las últimas semanas de parte de actrices como Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie y Ashley Judd, entre varias otras. A pesar de que Richardson siempre lo ha negado, varias modelos han hablado en Internet como el trabajar con el fotógrafo, reconocido por su trabajo con alta carga sexual, no ha estado libre de abusos.

“Cuando estaba posando, derrepente sentí su pene semi erecto presionándome el lado derecho de mi cara, sin ninguna advertencia de por medio (yo estaba mirando derecho hacia la cámara, evidentemente demasiado distraida para notarlo de antemano). Lo presionó en contra de mi boca abierta, riendo (…) El quería una mamada y lo quería documentar”, escribió Anna del Gaizo a Jezebel. También, la modelo Charlotte Waters lo acusó de haberla obligado a masturbarlo en una sesión de 2009, como también lo hicieron Sara Ziff y Alise Shoemaker por razones similares.

El fotógrafo de 52 se defendió rápidamente de los alegatos, publicando en New York Magazine su lado de la historia: “Cuando estaba tomando esas fotografías yo estaba como ‘Cool, suena bien, hagámoslo, claro, cool, pero si no, si te aproblema, nunca hagamos nada que no quieras, por supuesto, lo respeto completamente'”.

A pesar de que estos rumores llevan dando vuelta hace años, no ha habido ningún nuevo reclamo en su contra. Condé Nast fue consultado por la situación pero declinaron en comentar al respecto.

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