Antes de convertirse en una de las bandas más importantes de la escena indie, los integrantes vivían todos juntos en un pequeño y modesto departamento de Nueva York, en el que usaban la cocina como sala de ensayo y de grabación. En conversación con POUSTA, el líder y principal compositor, Johnny Pierce, relata la historia detrás de Portamento y su hit “Money”, además de anticipar detalles de su regreso a Chile el próximo 27 de marzo.
Cuando Johnny Pierce y The Drums publicaron su debut discográfico homónimo en 2010, la banda consiguió portadas en revistas internacionales y giras de conciertos por distintas ciudades del mundo, pero al igual que muchas otras agrupaciones que se inician en la industria de la música, lo que les faltaba era el dinero.
De hecho, todos vivían juntos en un pequeño y modesto departamento en la zona este de Nueva York, en el que la pieza más grande de la residencia era la cocina, espacio en el que también guardaban sus instrumentos musicales, ensayaban y producían sus canciones.
“Habíamos explotado con el primer álbum, pero seguíamos teniendo vidas muy modestas”, relata Pierce en entrevista con POUSTA, “sobrevivimos a base de pizza y palomitas de maíz”.
Pero aquello no los detuvo en su objetivo de convertirse en una de las bandas más respetadas en el circuito indie internacional. De hecho, su canción más popular, “Money”, en la que canta “quiero comprarte algo, pero no tengo nada de dinero”, fue escrita en su mayoría por el líder de The Drums en esa cocina.
Según cuenta, tanto la letra como el título de la canción están empapados de ironía, debido a que su fama iba en ascenso, pero “cuando llegábamos a casa, no teníamos dinero”. “Es parte del humor del tema”, añade risueño en una llamada telefónica desde su actual residencia en Nueva York.
Aquel tema fue el primer sencillo de Portamento, su segundo álbum publicado en 2011 y su trabajo de estudio más aclamado hasta la fecha, el cual se convirtió en una obra de culto entre la fanaticada de The Drums.
En palabras de Pierce, el disco recibe ese nombre en alusión a un sintetizador Korg MS-10 que ha usado en toda su discografía para las tonalidades de bajo y las melodías sintetizadas, y que compró en su adolescencia por solo $100 dólares en una casa de empeño de Nueva York. Incluso, cuenta que en ocasiones lo ha utilizado como un efecto de guitarra eléctrica a través de las entradas y salidas de audio, debido a que la perilla de filtro le da un sonido distorsionado, con un grosor similar al de un pedal de fuzz.
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“Solía coleccionar sintetizadores antiguos, de los 60, 70, 80 y 90, y ahí siempre había una función llamada portamento, la cual si la tienes activada, genera una transición entre una nota y otra”, dice, “ese álbum es muy intenso, oscuro, suave y triste, a diferencia del primero, que tiene vibras más soñadoras y playeras”. “Entonces, sentí que ese nombre representaba nuestra evolución”, añade, “además, amo estos instrumentos, así que dije ‘usemos esta palabra’, ya que también me encanta cómo suena cuando la pronuncias”.
En 2020, el productor Monte Booker y el rapero Smino contactaron a Johnny Pierce para preguntarle si podían usar la melodía central de “Money” como un sample para su canción “Backstage Pass”. Tras escuchar su música, el líder de The Drums accedió, ya que según comenta, viene trabajando con artistas de hip hop hace algunos años, aunque de manera más bien reticente. Incluso, detalla que tiene canciones de este género que no ha publicado.
“Es un nuevo aspecto interesante de mi parte creativa, lo disfruto mucho, porque es muy diferente a lo que he hecho para The Drums. Crecí amando el rap, al igual que techno y house, podría seguir todo el día, soy un gran fan de la música”, comenta.
Y precisamente, el periodo más intenso de la pandemia se tradujo en un punto cúlmine para su creatividad. Según recuerda, hizo material para producir cerca de tres discos completamente nuevos y pensó que podría publicar uno, pero finalmente desistió.
“Me di cuenta de que expresaba lo que sentía cuando lo escribí, pero no mis sentimientos de cuando lo terminé”, explica, “hice algunas de las canciones más tristes de mi vida, más que las que había hecho antes, pero también compuse las más alegres y bailables”.
En este sentido, detalla que “son totalmente lo opuesto y estuve muy confuso en cómo ponerlas todas en una sola obra. Probablemente sean dos distintos, aunque no estoy seguro”. Aun así, sincera que “en el fondo, está bien ser contradictorio, porque es una representación real de cómo es la vida, no es todo tristeza o alegría, es un gran y extraño mix. Quizás es un álbum así el que tengo que poner sobre la mesa”.
The Drums regresará a Santiago de Chile el próximo 27 de marzo, instancia en la que realizarán un concierto íntimo en el Teatro Coliseo y en el que presentarán Portamento en una gira en la que traerán ese repertorio específico por primera vez a Sudamérica.
“Nuestros fanáticos allá son muy apasionados. Eso me hace sentir muy querido, realmente siento la conexión, más que en otros lugares, más que en la mayoría para ser honesto”, declara, “cuando el álbum fue publicado, creo que la gente en Europa y en Estados Unidos no lo entendió inmediatamente, en cambio, en Latinoamérica estuvieron muy conectados, después de eso se posicionó en el resto del mundo, tengo que darles las gracias por eso”.
Asimismo, sentencia: “estoy muy emocionado y es significativo tocar Portamento allá. Siempre es genial interpretar canciones realmente tristes, esa es mi música favorita”.
Las entradas para el concierto de The Drums en Chile están disponibles a través del sistema Puntoticket y tienen valores desde los $36.800 hasta los $43.700.