The End of the F*** ing World es perfecta así. Por favor déjenla.

Chico conoce a chica, chico y chica se enamoran a primera vista. Si “The End of the Fucking World” fuera una historia de amor tradicional, todo sería amor, flores y muchos colores. Pero no lo es: más que “Romeo y Julieta”, esto es más parecido a “Natural Born Killers” o “Bonnie and Clyde”. Cuando James (Alex Lawther) conoce a Alyssa (Jessica Barden), desea matarla. Y cuando Alyssa decide querer conocer a James, su acercamiento es la excusa perfecta para escapar del pueblo en el viven en un viaje en auto por los suburbios ingleses.

“The End of the Fucking World”, basado en el cómic del mismo nombre de Chuck Forsman, se estrenó hace un par de días por Netflix, pero esta serie se emitió por primera vez en Inglaterra en 2017, a través del canal de televisión Channel 4. Para todos los lugares del mundo en donde llega la plataforma de streaming, este producto de exportación inglés es la muestra perfecta de que siguen siendo capaces de aportar con maestría a la época dorada de la televisión con una historia simple, que se puede ver en una tarde y que es una maravilla.

La historia parte así: James es un chico de 17 años que se auto diagnosticó como psicópata, con una obesión con la muerte, la taxidermia, el matar animales domésticos y meter la mano en una freidora de papas fritas para “sentir algo”. A su colegio llega Alyssa, una chica con problemas parentales severos, que no ve su padre hace 10 años y que vive con una madre sumisa ante su nuevo marido. James está obsesionado con matar a alguien y la materialización de Alyssa frente a él, desesperante hasta decir basta, le da una excusa para acercarse a ella para enamorarla y asesinarla.

Nada resulta como lo planeó, porque Alyssa decide irse con lo puesto y le propone escaparse del pueblo en el que viven, tomar el auto del papá de James y manejar hasta donde les de la cabeza. Los dos primeros capítulos, de no más de 25 minutos cada uno, sientan las bases de las personalidades de cada uno y los traumas severos que ambos arrastran. James vio suicidarse a su madre y fue criado por un padre amable, pero incompetente, y Alyssa no ha visto a su papá en más de una década, y creció bajo la tutela de una madre dependiente de un otro, con claras señales de tener bipolaridad o algún desorden del ánimo.

En la unión de estos dos chicos, marcados por tragedias personales, está la base de una relación que ambos planearon pero que no visualizaron bien en sus mentes, y que los pone delante del peligro, la muerte, el amor, las heridas del pasado y hasta la policía frente a frente. A pesar de ser una comedia negra, las emociones corren fuerte por el lado de ambos protagonistas, y que se remarca más obviamente en los monólogos internos que tienen los dos sobre ellos mismos y el mundo que los rodea.

Y como todo amor marcado por la mala fortuna y las pésimas elecciones, el final de los dos es tan inesperado y perfecto que vas a desear que por favor Netflix no compre una segunda ni algún canal gringo haga el remake para arruinarlo.

https://www.youtube.com/watch?v=vbiiik_T3Bo