La empresaria Elizabeth Holmes prometió estar desarrollando una tecnología para detectar enfermedades como el cáncer y la diabetes con cantidades mínimas de sangre, pero a pesar de que atrajo la atención de poderosos inversionistas, una investigación de The Wall Street Journal reveló que todo era una mentira. Hoy, tras ser declarada culpable, espera una sentencia que le podría significar años en prisión, mientras que el cineasta Adam McKay prepara una película sobre su caso con Jennifer Lawrence en el papel principal.

A sus 19 años, Elizabeth Holmes (37) ya prometía revolucionar la industria en Silicon Valley y acaparaba la atención de los gigantes de la tecnología. Tras abandonar sus estudios en la Universidad de Stanford e inspirada por su propio miedo a pincharse con agujas en exámenes médicos, creó una empresa que aseguraba que podría detectar diagnósticos como el cáncer y la diabetes con mínimas cantidades de sangre.

Aquello llevó a que su firma, Theranos, la convirtiera en multimillonaria a sus 30 años, tras recibir el apoyo de numerosos inversionistas para que desarrollara la biotecnología que aseguraba que podría concretar. Incluso, en 2014, fue destacada por Forbes como la primera mujer en hacer más de mil millones de dólares con su propio emprendimiento.

Pero a pesar de que su idea la posicionó como una verdadera estrella de los negocios en California y que varios medios de comunicación llegaran a compararla con figuras como Steve Jobs, su imperio terminó convirtiéndose en uno de los fraudes más grandes en la historia del siglo.

En octubre de 2015, The Wall Street Journal publicó una investigación en la que informaron que las máquinas de Theranos no cumplían con la funcionalidad prometida y que, incluso, ponía los logos de firmas como Pfizer y Schering-Plough para validar los informes que enviaba a sus inversionistas, sin el consentimiento y aprobación de ninguna de las empresas mencionadas.

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Mientras que en su defensa, la fundadora de Theranos, empresa que dejó de operar en 2018, recalcó que no tenía malas intenciones y que trabajó “durante años con equipos de científicos e ingenieros para miniaturizar todas las tecnologías en el laboratorio”.

Entre los impulsores que confiaron en ella, se encuentran nombres de políticos influyentes en la escena estadounidense, tales como Henry Kissinger y James Mattis, además de magnates como Rupert Mardoch, quien posee un alto porcentaje de conglomerados de medios como Fox News.

Luego de que se realizaran diversas audiencias en contra de Holmes y se comprobara su conocimiento acerca de que las máquinas no cumplían, un tribunal de California la declaró culpable en cuatro de once acusaciones por fraude, situación por la que arriesga pasar años en prisión desde que se anuncie su sentencia el 26 septiembre de 2022.

El documental Desangrando a Silicon Valley (2019) del director Alex Gibney relata cómo fue el ascenso y la caída de la empresaria, mientras que el cineasta Adam McKay estrenará la película Bad Blood (2023) el año que viene, la cual será protagonizada por Jennifer Lawrence en el papel de Elizabeth Holmes.