Paloma Elgueta es una comediante, activista, feminista y diseñadora de arte. Parte de su trabajo como diseñadora la ha llevado a trabajar en la escenografía, campo al que se terminó dedicando sigilosamente hasta encontrar ahí un puente entre todas las aristas que la convierten hoy en una de las promesas del Stand Up Comedy en Santiago.

Pareciera que esta conexión y la creación de puentes entre las disciplinas que aglomera cada persona son procesos comunes en el desarrollo humano. Sin embargo cuando la experiencia personal, de otras y del ambiente se sistematizan como un cuerpo de conocimientos no cualquiera puede cuajar estos discursos para transformarlos en comedia.

La comedia no sólo se sitúa en la construcción de un guión, de un chiste, de un remate con elementos que cautivan a un público objetivo, sino que se articula a partir de perspectivas particulares o únicas que permiten hacer de un relato íntimo uno colectivo que entrelaza construcciones epistemológicas bajo diferentes paradigmas que reúnen las identidades, las diferencias, lo singular y lo corporal, como relata Barbara Arneil en Políticas y Feminismo.

Paloma Elgueta inspecciona su necesidad de pensar, criticar y protestar desde su constructo constante de mujer feminista, como otra necesidad de interacción social para enfocar sus palabras y adaptarse también al constante cambio que sufre su rutina a medida que encuentra nuevas resistencias para entregar síntesis contemporáneas sobre situaciones que evocan su rabia, tristeza o risa.

La comediante terminó de estudiar Diseño Imagen mención Dirección de Arte (una carrera que hoy no existe) en la Uniacc y se fue a Argentina para estudiar Guión Humorístico en 2013. Pero a raíz de diferentes circunstancias no terminó las clases y regresó a Chile en febrero del 2014, para direccionar su vida acorde a la comedia y la dirección de arte.

Han pasado 4 años y medio desde que Elgueta se dedica de lleno a la comedia, al humor, a contar sus pensamientos con un micrófono en un bar repleto de personas que la siguen de un lado a otro esperando reír y logrando el objetivo.

El feminismo permeó las maneras en las que Paloma hace reír. Pasó de chistes que ella misma describe como básicos a otros que la sitúan en un lugar cómodo para con ella misma y con el colectivo.

El escenario facilitó la unión de lazos con otras mujeres humoristas; conoció a Jani Dueñas y Paloma Salas en un micrófono abierto en 2016 y la invitaron para que abra una de sus presentaciones. Esta amistad creció con el tiempo y también generó vínculos que le permiten, por ejemplo, comenzar a experimentar en la radio. Hoy la podemos encontrar en Dueñas de Salas por Niu Radio.

Conversamos sobre feminismo, comedia y los tránsitos de Elgueta por el mundo del Stand Up.


Sobre la universidad

“Descubrí una faceta mía que es la que me da la mayor cantidad de material para la comedia. Si me hubiese dedicado a penas salí de la universidad a la comedia no tendría de qué hablarte. No hubiese visto ni la mitad de los referentes que he visto gracias a estudiar algo. Por eso me gusta estar en hartos lados porque movilizarte te hace ver otras cosas. Me sorprende cuando encuentran que es gracioso que la gente famosa o que sale en la TV no sepa cuánto cuesta el pasaje de una micro. Para mí eso es violento”.


Sobre sus primeros materiales

“Reviso mi material anterior y hay cosas que me dan mucha vergüenza, y eso es porque yo también me he construído estos últimos tres años llegando a ser otra persona. Desde temas valóricos en adelante; yo también vengo de un lugar privilegiado, con una educación completa pagada al contado, después se me ocurrió ir a estudiar a Argentina y fui súper apoyada”.

“Hablaba de la pobreza, de la gente que tenía negros de cerámica en su jardín que era como aspirar a tener un esclavo, que es peor que tenerlo. Me reía de que la gente disfrazaba su pobreza diciendo que son ecológicos. Tenía una parte que hoy considero muy machista, que es la necesidad que tienen algunas feministas de andar rayando clítoris por todos lados. Eran pensamientos que se me ocurrían y que no pasaban por ninguna vuelta en mi cabeza”.


Sobre la dirección del humor

“Yo creo que unx se puede reír de todo. El ‘cómo’ te vas a reír de todo es lo importante. ¿De quién te vas a reír? ¿De la violada? ¿Del violador? ¿Del contexto? Ese es, en realidad, el pie forzado dentro de cómo se hacen los chistes. Si nos vamos a reír de un negro y la talla es que está atendiendo un centro de servicios de una gasolinera es fome. No lo encuentro malo, lo encuentro fome y como chiste, entonces, no funciona. No lo encuentro incorrecto, lo encuentro aburrido, predecible, fácil, ochentero. Creo que el tiempo nos ha hecho subir la vara del humor. A Yerko Puchento ya no le está funcionando, Patty Cofré y su personaje potente ya está reventado, Miguelito saltando sobre las tetas de una modelo ya te causa algo. Eso de que ‘la gente es tonta’ es mentira”.


Sobre el humor travesti/transformista

“Creo que en general tienen un humor medio agresivo, pero porque han sido pateados en el suelo. Lo que sí encuentro un poco heavy es que los transformistas tienen una mentalidad de privilegios porque nacieron hombres. Me complica que sus insultos sean en femenino. Cuando quieren agredir dicen ‘Estás loca, culiá’, cada vez estoy más pendiente de estas cosas porque también está ‘el loco culiao’, y anda matando mujeres, y se frustra y mata mujeres; no mata hombres, mata homosexuales, travestis, todos los que están fuera de su norma”.


Sobre hacer reír desde el fracaso

“La soledad es parte de la comedia. La frustración. El fracaso es la comedia. El querer retirarte, de todos los que he escuchado que se van a retirar nunca lo hacen. Vuelven porque hacer reír es lo más rico del mundo, es que te acepten, es estar dentro, si los hiciste reír estás aceptadísimo. La mayoría de los comediantes han sido discriminado y ahora que empezamos a ser cooles ninguno sabe realmente cómo serlo. No sé como se es cool”.


Sobre las mujeres

“La resistencia dentro de las mujeres en la comedia ha sido genial. La comedia es una válvula de escape. Si yo hago un chiste sobre piropos y un hombre que está a favor de los piropos escucha mi chiste y después está en contra o se lo cuestiona, ganamos. Todxs ganamos”.


Sobre la comedia en las tomas

“Cuando yo estuve en toma en 2006, en la Revolución Pingüina, me di cuenta que lo que pasa en las tomas es muy denso. Cuando una está movilizada una se desgasta muchísimo, y después de una semana en toma te pones a pelear con tus mismas compañeras. Me llamaron de las tomas y lo encontré genial. Si esto hacía que las chicas se sintieran más valientes, dependiendo las necesidades de cada universidad, es genial y darles un espacio de distensión a lxs estudiantes que están con frío haciendo las mismas cosas que nosotras no nos atrevimos a hacer porque nos íbamos a quedar sin pega, me parece que es una deuda social. Los comediantes tenemos deudas sociales”.