Si hay algo que sabemos de las mujeres en Japón es que son muy conocidas por su belleza, el misterio que encierran esos rasgados ojos y que es imposible verlas de manera espeluznante en arte bizarro.

 Tomoyoshi Sakamoto pinta a dulces mujeres en sus obras, llenas de ironía y surrealismo puro. Sus pinturas acrílicas son fieles representaciones del estilo japonés Neo-Nihonga. En las caras de sus damitas podemos ver dos cosas, o mejillas sonrojadas reflejando la inocencia u ojos llorosos inundando sus rostros, dejando entre ver que alguien les arrebató algo. Yo creo que la apreciación y lo que uno infiere de artistas así va de la mano en cómo percibimos las cosas y nuestras propias experiencias, una vez despojados de esos prejuicios o ataduras mentales podremos apreciar las intenciones plasmadas de cientos de pintores e ilustradores. Por mientras yo los ayudo mostrándoles todo lo que pille a los amantes de este arte así se van encontrando con ustedes mismos.

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