Porque no hay nada peor que acostarse con hambre o por el contrario, lleno como rana.

Por Santi Sahli

A las noches calurosas de verano las extrañamos todo el año, pero en esa relación romántica –como buen amor platónico– nos olvidamos de sus defectos. ¡Puta que cuesta dormir con calor!

Y más aún cuando dan ganas de terminar el día comiendo algo rico, te pones a tragar con manos temblorosas y te vas a la cama hinchado y lleno como una rana. Como algunos hasta sufren pesadillas si la ingesta a pocas horas de dormir fue excesiva, mejor probar una de estas soluciones.


Salmón Rejuvenecedor

Salmón ahumado con aliño medicinal para despertar como tuna

Para 2 personas. Tiempo de preparación: 10 minutos

Para un 250 g de salmón ahumado en láminas; mezcla en un frasco chico:

  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 1 cucharada de vinagre de arroz
  • 1 cucharada de salsa de soya
  • 1 cucharadita de aceite de sésamo
  • 1 cucharadita de jengibre fresco rallado
  • jugo de 1 limón.

Luego aplica una zamarreada al frasco y echa la pócima sobre las láminas de salmón puestas en un plato hondo. Corona a su realeza con mucho ciboulette y semillas de sésamo… y a meditar antes de ponerse el piyama.


Cebolla en su cama

Unas tajadas de buen pan con cebolla asada, ricotta, ají verde, cilantro y vinagre de frambuesa

Para 2 personas. Preparación: 15 minutos / Total: 90 minutos

  • 1 cebolla blanca mediana
  • 1 cucharada de vinagre de vino tinto
  • ¼ taza de vino tinto
  • ½ pote de ricotta
  • 1 puñado de perejil fresco
  • 1 ají verde
  • 1 puñado de frambuesas
  • 2 cucharaditas de aceto balsámico
  • ½ cucharadita de azúcar
  • 2 tajadas grandes de pan integral artesanal

Prende el horno y déjalo calentar a temperatura media-alta (200ºC).

Corta la cebolla en cuartos y luego cada uno por la mitad, dejando 8 gajos (cuidando que no se desarmen). Echa un chorrito de aceite de oliva en el fondo de una fuente para horno y repártelo por la superficie usando un pedazo de papel de cocina.

Coloca los gajos de cebolla uno al lado del otro con la punta mirando hacia arriba. Rocíalos con más aceite de oliva, y luego con el vinagre y el vino.

Mete la fuente al horno y toma el tiempo. Cuando se cumplan 30 minutos, retira la fuente y con una cuchara de palo, desarma los gajos de cebolla, revolviendo e incorporando bien con el jugo que soltaron.

Devuelve la fuente al horno y hornea por otros 30 minutos más.

Cuando se cumpla el tiempo, saca la fuente y traspasa las cebollas asadas a un plato para que se enfríen. Por mientras corta el ají verde en tiras delgadas, deshaciéndote de las pepas y venas antes. Pon las tiras en un pocillo y echa un chorrito de aceite de oliva.

Deja reposar.

Pica fino el perejil, dejando unas 6 a 8 hojas de lado para decorar al final. Pon la ricotta en un bol chico, agrega el perejil picado, unas pizcas de sal y pimienta, y una cucharadita de aceite de oliva. Mezcla bien.

En un frasco chico echa las frambuesas, el aceto balsámico y el azúcar. Agrega una cucharadita de aceite de oliva y agita con fuerza, hasta que las frambuesas se rompan y quede una mezcla homogénea.

Monta justo antes de servir: tuesta levemente las tajadas de pan. Reparte sobre ambas la ricotta, en partes iguales. Sobre ésta reparte la cebolla asada. Sigue con las tiras de ají verde y las hojas de perejil que dejaste a un lado.

Termina con unos chorritos de la vinagreta de frambuesa y unas pizcas de sal.


Camarones Echados

Un relajo peruano que contagia… flotación sin interrupciones en leche de tigre de jengibre y ají amarillo

Para 4 personas. Tiempo de preparación: 30 minutos

  • 1 paquete de 500gr de camarones grandes congelados, pelados y cocidos
  • ½ cebolla morada
  • ½ pimentón rojo
  • 1 cucharada de jengibre fresco, picado (trozo de raíz del tamaño de un pulgar)
  • 4 limones sutil
  • 1 cucharada de mayonesa
  • 1 ó 2 cucharaditas de ají amarillo en pasta
  • 1 cucharadita de ají de color
  • 1 puñado de cilantro fresco

Descongela los camarones con un poco de anticipación. Por mientras, pela el trozo de jengibre raspando la piel con una cuchara chica. Pícalo bien fino y déjalo remojar en un pocillo con agua y hielo, esto para que quede más suave.

Corta el pimentón en tiras delgadas y luego picalas en cubitos chicos. Corta la cebolla en pluma, amortíguala poniéndola sobre un colador y echándole un chorro de agua hirviendo encima.

Termina con un buen chorro de agua fría y traspásala a un plato.

Cuando los camarones estén descongelados, sécalos bien con papel de cocina. Calienta un sartén a fuego fuerte con un chorrito de aceite. Agrega el ají de color y luego los camarones. Dóralos alrededor de 2 minutos por lado, luego traspásalos a un plato y déjalos enfriar.

Para hacer la leche de tigre, combina en la licuadora o recipiente de la mini pimer el jugo de los limones, la mayonesa, ¼ de la cebolla pluma, ¼ del pimentón y 2 cucharadas de aceite de oliva.

Agrega la mitad del jengibre picado, la pasta de ají amarillo y unas buenas pizcas de sal.

Licúa bien hasta dejar una mezcla homogénea. Prueba cómo está de sal y de picor y ajusta de ser necesario.

Pon los camarones uno al lado de otro en fuente plana que puedas poner en el centro de la mesa. Echa encima la leche de tigre y luego arriba reparte el resto de pimentón, jengibre y cebolla morada.

Termina con hojas de cilantro fresco bien picadas.

Si lo preparas con anticipación, guarda la leche de tigre en un frasco y el decorado final aparte, manteniendo todo refrigerado. Monta antes de servir.


Santi es el creador del adictivo Instagram Foodie @sansabor / Recientemente publicó su libro Sansabor/Carrete que puedes adquirir acá.