El nativo de Atlanta fotografió a Beyoncé en una historia de 10 páginas para la edición más importante de la revista estadounidense.
Al ser artista, hacer historia es una de las victorias más dulces que se puede tener en el portafolio. Tyler Mitchell con tan solo 23 años es uno de los fotógrafos más jóvenes de la historia de Vogue en adjudicarse la portada de la edición de septiembre. Y no es sólo eso: es el primer artista negro en hacerlo.
Tyler Mitchell, oriundo de Atlanta, estudió en la NYU cine y televisión, pero su interés por la fotografía viene desde más atrás que su etapa universitaria. Amante del skateboard, fue arriba de una patineta en que las ganas de capturar los momentos se transformaron en su pasión. “Por su puesto que existe una vibra atractiva y espíritu rebelde en el skateboard, pero lo que hace a los skaters artistas es mucho más profundo que eso: no es un deporte basado en la competencia, sino que en el sentido de comunidad”, dijo a Vogue.
“Soy parte de la generación de niños que crecieron con YouTube. Así aprendí a hacer y editar mis videos, como también a formarme un punto de vista”.
Consciente de sus privilegios como nativo digital, Mitchell desarrolló habilidades autodidactas para fotografiar y grabar la escena por la que movía. A los 20 años ya tenía su propio libro de fotografías, titulado “El Paquete”, que explora la escena del skate en La Habana, Cuba. El nombre de su primer libro viene de un diario local que es distribuido vía USB a su suscriptores, que contiene un terabyte de películas, documentales, imágenes, música, hasta memes; todo aquello a lo que podemos acceder con facilidad en nuestros celulares y computadores, cosa que bordea la ilegalidad en la isla.
Su prolífico trabajo llamó la atención de revistas como Teen Vogue, revista i-D, Dazed, The FADER, entre otras, al igual que campañas publicitarias para Marc Jacobs y Givenchy. También, Mitchell incluso a explorado el mundo de los videos musicales, con colaboraciones con la artista ABRA y Brockhampton.
Ahora, Mitchell fue elegido personalmente Beyoncé y Anna Wintour para realizar esta icónica portada. “Hasta que no exista un mosaico de perspectivas que vengan de personas de diferentes etnias tras el lento, seguiremos teniendo una visión chata de cómo el mundo realmente se ve. Por eso quise trabajar con el brillante fotógrafo Tyler Mitchell, de tan sólo 23 años“, dijo Beyoncé. Para esta sesión, Mitchell retrató a la cantante en un lugar a las afueras de Londres, en una casona estilo inglesa.
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“Cuando ella se sentó para posarme, inmediatamente sentí el nivel de comodidad que uno tiene con un amigo y me tomó por sorpresa. Es fácil imaginarse que alguien tan famoso como Beyoncé sería recelosa de su imagen, pero es un libro abierto y eso es exactamente lo que quieres como fotógrafo. Es gracioso porque estoy seguro que ella fue el acto principal del primer concierto al que fui, cuando tenía ocho o uno, así que podría decir que nos conocimos en una vida pasada”, expresó el fotógrafo.
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