Queso neoyorquino, bebidas con infinito refill, malteadas y hamburguesas caseras se esconden en un lugar inesperado que sorprende bastante.


No me gusta Las Condes. Me parece una comuna cuya identidad se limita a replicar características yankees de ciudades como Dallas o Atlanta con grandes avenidas donde autos último modelo se pasean entre edificios de vidrio y plazoletas vacías denotando un letargo generalizado con opciones limitadas y caras para pasar el rato.

Además, si Providencia se posiciona como la comuna que presenta las mejores alternativas para comer -con picadas peruanas, bares y pastelerías europeas- Las Condes es su antítesis con cadenas americanas de sabor empalagoso ofreciendo un menú deficiente y caro.

La situación de las viviendas sociales -donde varios vecinos se manifestaron en contra de compartir su espacio con personas de esfuerzo mediante argumentos pobres y clasistas- solo terminó por derribar todavía más la imagen que tengo sobre esta comuna (que debe bastante de su imagen a las alocadas ideas de su alcalde Joaquín Lavín)

Pero cuando escuché hablar sobre Wally’s decidí que tal vez, era momento de hacer las paces con este sector de Santiago y verificar si los comentarios que escuché respecto del lugar eran ciertos.

Resulta que Wally’s sirve hamburguesas bajo una premisa simple que nunca falla: hazla como quieras, a tu antojo y sin pagar demás por los ingredientes. También existen recetas propias del lugar como una con ingredientes chilenos donde abunda la palta y otra vegetariana para que nadie quede fuera.

“Mi socio y yo estamos enamorados de Chile y decidimos traer el concepto de comida neoyorquina usando los materiales chilenos porque son los mejores del mundo” comentó Samira Rahimi, inmigrante persa que montó el negocio junto a su familia motivados por el potencial de nuestro país.

Lo que diferencia al local de otros según nos cuenta, es la frescura con la que se tratan los elementos que componen la barra donde sirven el pedido frente a tus propios ojos:  todo se compra al día y lo que sobra no se recicla. Tienen proveedores de carne y viajan a diario a la Vega para obtener desde palta hasta jalapeños frescos.

Nada es congelado, ni tiene preservantes o aditivos. Esto hace de hamburguesas como el Wally’s Bacon Burger su producto estrella por excelencia al tener un sabor que se diferencia de cualquier otra de corte industrial.


 El tocino está crujiente, el queso calientito y lo mejor es que puedes agregar todos los ingredientes que quieras sin costo adicional. La carne ahumada se disfruta en porciones dobles y la salsa especial no chorrea. Siendo sinceros, hablamos de una hamburguesa tal como debe ser y sus precios no varían mucho si comparamos el producto con McDonald’s o su competencia.

Pero hora de llegar a la mejor parte: sirven malteadas y uno siente como si estuviese dentro del video musical de las chicas Yeyé o alguna película como Grease. El sabor es parecido a todos los dulces que cominos cuando no tenían sellos y sus versión con oreo te dejará con una sobredosis de azúcar tipo Halloween.


Para acompañar esta comida que te devuelve a 1.950 -o por lo menos lo que vimos en sus películas- también están las papas fritas con queso derretido o palitos de pollo frito (hay que mencionar que el queso es traído de Nueva York y que el pollo tiene un sabor verdadero, como hecho por una abuelita).

Según sus dueños Wally’s intenta implementar el concepto de casual dining en Chile -calidad de un restorán gourmet con precios de comida rápida- logrando el objetivo gracias al empeño que ponen sus creadores en ello. Esperamos de todo corazón, que su propuesta se masifique pronto para encontrar una de sus sucursales en lugares con más energía y devuelvan la hamburguesa al pedestal que pertenece.


Puedes revisar la carta de Wally’s en su página web para resolver tus dudas.

UBICACIÓN: Camino las Flores 12640, Local 14, Las Condes, Santiago, Chile. 

https://www.instagram.com/p/BlYR_EMFPpQ/?taken-by=wallyschile