Yo Nunca (Never Have I Ever) es una de las entregas más frescas de Netflix y se suma al género predilecto de la plataforma: los dramas adolescentes. Sólo que a diferencia de 13 Reasons Why, Elite o Sex Education, este film tiene más de comedia que de drama.

Consiste en la vida de Devi Vishwakumar, una adolescente india; más estadounidense que india, cuyo padre murió hace unos meses de forma repentina en plena presentación musical escolar, lo que le provocó una inexplicable parálisis en las piernas de forma temporal. Aparte de eso, nuestra protagonista pertenece al típico grupo ñoño y marginado de su clase, muy trío de amigas tipo Ginger de Nickelodeon.

Pese a las lamentables circunstancias de su vida, la serie no ocupa un tratamiento condescendiente con Devi. Por el contrario, juega bastante con las diferencias que tiene con su cultura sin faltar el respeto en ningún momento y la centra en una misión muy típica: la pérdida de su virginidad y volverse popular. A tal punto que a veces nos caerá mal, pero su autenticidad no nos permitirá dejar de amarla.

Es inevitable que nos recuerde un poco a la situación de Anwar de Skins. En lo personal, pienso que su personaje está muy inspirado en Zahid de Atypical, más allá de su coincidencia étnica; sino por su irreverencia, poca vergüenza, promiscuidad y alegría.

Y es que uno de los mejores elementos de la serie es la brillante actuación-debut de Maitreyi Ramakrishnan, con apenas 18 años y una larga carrera por delante.

En resumen, Yo nunca es una serie que en sus diez cortos capítulos habla de varios temas sensibles con un tratamiento cercano, coloquial y cómico.

Sin irse en la profunda, es una reflexión sobre los matrimonios arreglados, las costumbres indias tradicionales y sus estereotipos, la reivindicación de los nerds en las nuevas generaciones, la aceptación de la homosexualidad, el valor de la amistad, el significado cultural de la vida sexual, la falta de afecto parental y el proceso del luto y la pérdida.

Porque yo nunca vi una serie que tratara tanto tema denso con tanta liviandad y responsabilidad al mismo tiempo.