Suena como mucho, y lo es, pero te juro que es casi una experiencia religiosa.

No llevo más de un mes haciendo yoga, una disciplina que siempre evité realizar por la tan tonta razón de no sentirme capaz de trabajar con mi propio peso y cuerpo como herramienta. Entonces, cuando nos dijeron que la actividad de “cierre” de fin de año iba a ser con 108 saludos al sol entré en un mini colapso interno. ¡¿108?! Suena como un número exagerado.

El saludo al sol es una serie de asanas o posturas consecutivas, que suman en total 12 (a veces se cuentan como 10). Mayoritariamente, el saludo al sol se realiza al comenzar una clase, como una forma de preparar tu cuerpo para la sesión, pero a veces esta serie se transforma en una práctica completa de yoga en sí misma.

Específicamente, los 108 saludos al sol son parte de un ritual realizado en el yoga como un modo de renovar energías y cerrar ciclos para así estar preparados para los cambios que estos traen. Usualmente se realizan en los cambios de estaciones, marcados por los equinocios y sosticios, pero en Acción Crossfit Yoga decidieron hacerlo la última semana del 2017.

Hacer 10, 20 saludos al sol no es una tarea compleja, pero realizar 108 es algo que requiere de concentración, estado físico y voluntad para empezar y terminar la práctica, siempre centrando la atención en la respiración y el cuerpo.

Algunos dicen que es como meditación en movimiento, y esto no es mentira. En algún punto te pierdes en ti mismo, y personalmente dejé de contar en los 40 saludos al sol. Cada músculo de tu cuerpo se va acomodando a la serie de movimientos y cada vez que avanzas sientes como tu cuerpo va avanzando un centímetro más de flexibilidad.

El Surya Namaskar o saludo al sol en sánscrito comenzó a hacerse popular en los libros de yoga durante el siglo XX y aún no se ha logrado dar con la data de desde cuándo se practica, aunque algunos digan que viene del vedismo.

Ahora, ¿Por qué 108? En la tradición del yoga y el hindú, el 108 es un número con un poder espíritual y místico potente. Otras religiones y credos asiáticos comparten este número, como el budismo, el zen chino y el islam, asociado a Alá.

El número 1 representa a Dios o la divinidad, el 0 al vacío o lo completo de la práctica espiritual y el 8 representa el infinito. En un mala, tipo de rosario utilizado por algunas tradiciones orientales, hay 108 cuentas, usadas para repetir mantras. Esta también es una práctica meditativa, y que llevará al practicante a estar más cerca de la realización espiritual.

Existen muchas más explicaciones de por qué el 108 es número importante, y la verdad es que tomar esa numeración para realizarla con el cuerpo y la mente es una experiencia que los estudiantes de yoga deberían repetir cada cierto tiempo.