Una cifra impactante pero real que la ONG Oxfam se encargó de dar a conocer en su informe Las Desigualdades Matan. En este detallan cómo aumentó drásticamente la brecha salarial entre hombres y mujeres durante la pandemia. Y por si fuera poco, aseguran que una persona muere cada cuatro segundos por causas relacionadas a la desigualdad.
La ONG internacional que lucha por disminuir la pobreza en el mundo, Oxfam, publicó cifras alarmantes en su informe Las Desigualdades Matan. Mientras cada cuatro segundos uno de los diez hombres más ricos del planeta suma 52 mil dólares a sus arcas, una persona muere por causas relacionadas a la desigualdad; un monto diario equivalente a 21 mil decesos. Los factores que utilizaron para medir estos datos están basados en el número de muertes causadas por la violencia de género, el hambre, la crisis climática, la discrminación por raza y la falta de acceso a servicios de salud.
Mientras Mark Zuckerberg (Meta), Jeff Bezos (Amazon) y Elon Musk (Tesla, PayPal) en algunos casos duplicaban su riqueza durante los primeros dos años de pandemia, al menos 160 millones de personas pasaron a estar en situación de pobreza. Y ellos tres forman parte de los 252 hombres que, según la ONG, acumulan más riqueza que el total de mujeres y niñas de África, Latinoamérica y el Caribe. Además, la entidad señaló que desde 2020 el 99% de la población mundial vio su economía afectada.
“Nos preocupa la pobreza porque aumenta la vulnerabilidad. Y tienen cara: los más afectados son afrodescendientes, indígenas, campesinos y mujeres. Pero lo que más lamentamos es esa brecha cada vez más amplia entre los que no tienen casi nada y los que ya no saben ni qué hacer con tanto”, afirmó el director regional de Oxfam, Simon Ticehurst.
Millones, ¿pero a qué costo?
Desde las vocerías de Oxfam hay distintas formas de tratar el tema de los multimillonarios del mundo, pero todas tienen en común que es un problema público. Utilizando fuentes como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, aseguran que la desigualdad aumentó en todos los países del mundo y que sin embargo surge un nuevo multimillonario cada 26 horas.
“No queremos atacar a las personas, ni decir que son los responsables. Es el sistema. Y es este el que debe tratar de recuperar parte de esa riqueza que ganaron a costa de la pandemia; de lo que ha sido la acumulación extraordinaria. Abogamos por un impuesto solidario y hay antecedentes a escalas nacionales”, comentó Ticehurst, “Las acciones a largo plazo tienen que ser sistemas fiscales más progresivos que redistribuyan la riqueza de verdad”.
Por otra parte, la directora ejecutiva de Oxfam Internacional tiene una postura más crítica con respecto a la información presentada en el informe. “Los multimillonarios han tenido una pandemia de lujo. Los bancos centrales han inyectado miles de millones de dólares en los mercados financieros para salvar la economía, pero una gran parte ha acabado en los bolsillos de los más ricos. Con las vacunas se pretendía poner fin a esta pandemia, pero los gobiernos económicamente más estables han permitido que los magnates y los monopolios farmacéuticos corten el suministro a miles de millones de personas”.
Mientras Ticehurst asegura que son necesarias “medidas excepcionales, para momentos excepcionales”, para ella hay que concretamente buscar unión y no más dinero. “Eso quedó claro cuando los Estados movilizaron 16 mil millones de dólares para la respuesta ante la pandemia. Lo que falta es voluntad e imaginación para liberarnos del asfixiante modelo neoliberal que nos ha llevado al punto en el que estamos”, afirmó.
¿Qué pasa con la ‘clase media’ en Latinoamérica?
El propio director de la ONG aseguró que en Latinoamérica, “la pandemia impactó desproporcionadamente”. En el continente se acumuló el 30% de las muertes por coronavirus y la situación se agrava si se tienen en cuenta factores como que en São Paulo la esperanza de vida de la población de las zonas más acaudaladas es 14 años mayor que la de las zonas más vulnerables.
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Para Ticehurst el concepto de clase media debiese ser visto desde una perspectiva más amplia. “No es una categoría uniforme. Dentro de esta hay gente que roza la riqueza y gente que no tiene acceso a la educación ni a la sanidad y que vive en la precariedad absoluta”, asegura. Por otra parte, hace énfasis en las mujeres que tenían trabajos informales, quienes fueron de los grupos más afectados por la pandemia. “Ellas han sido las primeras en perder los empleos por la naturaleza informal de sus trabajos. Además, se produjo una ola de feminicidios y más en esta zona que es tan machista y patriarcal. Colapsaron. La casa se convirtió en un lugar inseguro para muchas y además cargaron con todos los cuidados”, criticó.
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