La noche del 2 de marzo del 2012, Daniel Zamudio se encontraba deambulando por el Parque San Borja, en la comuna de Santiago. Se sentó a beber con unos desconocidos, los mismo que minutos más tarde serían sus verdugos. Alejandro Angulo, Patricio Ahumada, Raúl López y Fabián Mora.

Con Daniel durmiendo, Ahumada decidió “despertarlo” con una patada en la sien y otra en la nuca, luego Angulo y Ahumada descargaron una tormenta de patadas en la espalda, la cabeza, los testículos y el estomago. Luego vendrían quemaduras, piedrazos y una serie de enfermas y horribles torturas al muchacho de 24 años.

25 días después, el 27 de marzo, hace exactamente 8 años, Daniel Zamudio murió en la Posta Central y se convirtió en un ícono de nuestro país. Se creó una ley anti-discriminación en su nombre -que llevaba 7 años durmiendo en el Congreso- y la sociedad completa se conmovió de la brutalidad recibida. Se auguraba un futuro mejor, un lugar donde fuésemos realmente iguales, un país que iba, por fin, entendiendo el amor como un sentimiento y no como una imposición.

¿Qué ha pasado en el camino?

El año 2019 fue el año más violento para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI). Un estudio del MOVILH revela que “Homofobia y transfobia aumentan un 58% y suma más de mil casos, la cifra más alta en la historia de Chile”.

Oscar Rementería, vocero de la institución sostuvo que: “Hubo más casos, más denuncias y los abusos fueron más violentos y salvajes, como queda claro con los aumentos de los atropellos más despiadados (asesinatos y las golpizas).  Esta situación ya se venía advirtiendo desde el 2018 y no tiene relación con el estallido social, el cual solo impactó en un incremento de los abusos policiales”.

De los datos obtenidos por el informe realizado, se conoció que el 17% afectó a gays, el 15% a lesbianas y el 9% a trans, mientras el 59% dañó o intentó perjudicar a la población LGBTI como conjunto.

Por primera vez, todas las regiones de nuestro país recibieron denuncias por violencia o discriminación a la comunidad. “Valparaíso concentró el 56,1% del total de casos y denuncias conocidas a nivel nacional, seguida por las regiones Metropolitana (20,76%), Biobío (2,81%), Coquimbo (1,63%), Antofagasta: (1,45%), Maule (1,35%), Araucanía (1,35%), Los Lagos (1,08%), OHiggins (1%), Los Ríos (0,9%), Arica (0,9%), Magallanes (0,81%), Atacama (0,63%), Aysén (0, 45%) y Región de Tarapacá (0,36%).  En el 7,61% de  los casos la discriminación ocurrió a través de medios de comunicación o de redes sociales” concluyó el estudio.

La discriminación en nuestro país sigue internalizada. De forma más solapada, quizás, pero siendo muy violenta. El manifiesto escrito por Pedro Lemebel en el año 1986 “Hablo por mi diferencia” aún se sigue haciendo presente. Aún convive en nuestra sociedad dejando miles de alas rotas, alas que querían volar.

Acá un extracto:
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
Usted no sabe
Qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice:
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo
Súper-buena-onda
Yo no soy buena onda
Yo acepto al mundo
Sin pedirle esa buena onda
Pero igual se ríen
Tengo cicatrices de risas en la espalda