Para encerrarse a verla con amigos acampando en el patio.
- por Fernando Delgado
En algún lugar del multiverso esto habría sido dirigido por Steven Spielberg, escrito por Stephen King, producido por Sam Raimi, musicalizado por John Carpenter y su poster dibujado por Drew Struzan. En Stranger Things todo es vibrante, desde la secuencia de créditos con la tipografía calcada de las novelas retro de King, hasta la ambientación intensamente pop y sus historias cruzadas que amalgaman la comedia adolescente, el cine de aventuras y el horror.
Es imposible no sentir identificación con este estreno de Netflix, va más allá de eternizar la infancia o de recrear la memorabilia de 1983. Es un trabajo hecho desde la pasión, la psicotrónica y el freakerio fuera de todo closet. En Stranger Things -por sobre el miedo que consume a los personajes- hay una capa heredada del romanticismo que los cubre, no es una propuesta indecente a una década de intenciones frías, sino que una declaración de principios a un estilo de hacer narrativa para televisión/cine ya casi en desuso.
Así las cosas, se arma una improvisada familia mosaico que se mueve en direcciones con diferentes planos de realidad (esto es ciencia ficción apta para todo público) pero unidos en la misma cruzada; desentrañar el misterio que encierra Eleven (Millie Brown) una niña silente, traumatizada, con un poder feroz creado en las paredes grises de un laboratorio estatal. Un relato coral que involucra tensión y emoción almacenada en una banda sonora que mezcla a Joy Division, Toto, Jefferson Airplane, New Order y The Clash.
Los hermanos Duffer (creadores de la serie), armaron una fantasía que demuestra que todo tiempo pasado no necesariamente fue mejor. Pero si más valioso, en términos de relaciones humanas y candidez infantil. Encerrarse hoy en una carpa armada en el patio, con amigos de doce años a leer revistas de misterio y ciencias, parece un ñoñería impensada. En cambio para los Duffer, es una manera de imaginar la historia y los afectos.
Todo se trata de la memoria, de sus Calabozos y Dragones.