Ha sido un año movido para Pousta. #GayGey cada se pone cada vez más bizarro, #comoquefilo nos tiene súper amiguis con la Catita, los Daily Brief son el favorito del público y nuestras publicaciones en Beyond nos tienen en este trabajo periodístico que tanto sentimos que falta en el mundo online.
Sin embargo, el título desliza otro tema. Para ser sinceros, hace rato que en Pousta queríamos crear “algo” con respecto a lo que ocurre en la escena nacional de la música.
Después de un año de trabajo arduo en conjunto con Heineken, surgió la necesidad de colaborar en un proyecto que situara a la música, en particular a la música chilena, como tema de conversación.
Hoy en día lo que estamos viviendo tras la masificación de Internet, las nuevas tecnologías y la transformación de los escenarios y espacios para escuchar música en vivo, nos inspiró a crear un proyecto que hable de todo lo que está pasando.
¿Qué nos falta? Ya tenemos la idea, los contactos de producción y el presupuesto. Pues claro: un director. Necesitábamos de alguien que pudiera captar el espíritu de lo que pensamos en un comienzo, y qué mejor que Bernardo Quesney. Este joven director (en caso de que no lo conozcas) ha estado a cargo de algunos de nuestros videoclips favoritos del pop chileno. Era lo que necesitábamos para completar nuestro dream team.
Heineken tiene una larga historia con la música alrededor del mundo. Es por esto que creímos que era el momento de sentarse a pensar en lo que estaba pasando acá con este fenómeno. Ahí surge esta colaboración con Pousta, una oportunidad para evidenciar lo avanzada que está la escena creativa en nuestro país.
Que me llamaran a hacer estos documentales fue un súper desafío, ya que había que hablar de una temática que cierta gente cree que domino pero que, en realidad, no sé nada: la música.
Si bien no comprendo cómo funciona la música ni cómo esa canción de Thalía no sale de mi cerebro, siempre me hago la misma pregunta:
¿Por qué si las condiciones son tan adversas, los músicos siguen componiendo?
Conocer en primera persona la realidad de muchos músicos chilenos, era algo que tenía dentro de mis pendientes. Sacarlos de su perfil de “artista” es siempre interesante, y con este documental pudimos explorar y contar historias que hace rato sentía que debían salir a la luz.
Cada micro-documental toca un tema distinto.
Internet: Es un capítulo dedicado a cómo la tecnología ha cambiado la escena musical y ayudado a proyectos independientes. Desde la caída de los sellos a finales de 90 a la importancia de las redes sociales como motor de promoción de las nuevas generaciones de artistas. Fran Valenzuela, Gepe, Niños Del Cerro, Leo Prieto etc.. nos dan sus perspectivas de hacer música en una era post internet.
Máquinas: es una radiografía a la escena electrónica criolla, sus protagonistas y los procesos creativos de cada uno de ellos. Acá Vicente Sanfuentes nos cuenta sus procesos creativos y como su sello quiere cambiar los estereotipos de la música electronica latina.
Live: aquí exploramos la energía de la música en vivo. Desde la masificación de festivales a las fiestas clandestinas tan importantes para las nuevas escenas musicales que se están gestando. Acá es donde recordamos esas fiestas clandestinas que ya no existen a entender como los festivales y shows al aire libre han agarrado tanta popularidad.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR
