Ocurrió en Argentina, en la playa de San Bernardo. ¿Qué clase de engendro podría querer matar un delfín por una foto? ¿Está tan fuerte el sol?
En febrero del 2016, en la playa de Santa Teresita, Argentina, un hombre (aka una bestia) encontró en la orilla del mar una cría de delfín y el hijo de Satanás no encontró nada más tarado que sacarlo del agua para fotografiarse con él. El pequeño delfín murió.
La noticia provocó repudio mundial pero no evitó que a los pocos días en Punta Cana, un grupo de hombres (bestias) al encontrar un pequeño tiburón nadando en la orilla hiciera lo mismo. Lo sacaron del agua para sacarse fotos hasta matarlo.
Lo sucedido este verano, ayer en Argentina, en San Bernardo, es un nuevo ejemplo de cómo los seres humanos podemos convertirnos en el cáncer de este mundo y una especie incapaz de comportarse consciente con nuestro entorno y respeto a por los otros seres vivos.
Una joven identificada como Claudia, presenció la indignante y trágica escena y contó a la prensa local que “lo dejaron morir”. “Era chiquito y se vino hacia la orilla. Lo podían devolver al mar, de hecho respiraba, pero todos se pusieron a sacarle fotos y tocarlo. Decían que ya estaba muerto”, contó.
https://www.youtube.com/watch?v=8rVC2B7KC5U
¿Qué tiene que pasar para que esto deje de ocurrir? ¿Cómo va ser tan difícil de entender que si ves a un animal indefenso tienes que intentar ayudarlo en vez de torturarlo para retratarte con él?
El caso no es igual, pero recuerda a lo que indignó al artista alemán Shahak Shapira a crear Yolocaust, donde hizo el ejercicio de sobreponer las sonrientes selfies que se sacan los turistas en el memorial de las víctimas del holocausto con su contexto real, para que la gente aprenda a tener un poco de respeto. “Quiero hacer que la gente entienda que sacarse una selfie ahí puede ser tan poco cool como escuchar Nickelback”, explicó.