El fin de semana Kim Yong-Un y Donald Trump se amenazaron con sendos ataques nucleares, mientras todos gozábamos del fin de semana largo.
La tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte no es algo nuevo en la contingencia, pero ahora con Donald Trump en el poder el tema se vuelve aún más inquietante.
La relación entre Estados Unidos y Corea del Norte siempre se ha realizado en una tensión y con provocaciones constantes entre ambos países y en los últimos días parece estar escribiéndose otro capítulo más de esta mala relación que data de la Guerra Fría.
A pocos días que el presidente de Estados Unidos atacara bases sirias en respuesta a los ataques químicos realizados por Bashar Al Asad en contra de civiles, Donald Trump ordenó el envío de uno de sus portaaviones a las aguas cercanas a Corea del Norte en respuesta a los ensayos nucleares llevados a cabo por Kim Jong-Un.
Desde que Donald Trump iniciara su administración bajo el lema “Make America Great Again”, Corea del Norte ha realizado cuatro ensayos militares en los que se han usado supuestos elementos nucleares. Cabe señalar que con la información que se dispone desde el mismo régimen es muy difícil determinar la veracidad de los actos o si resultan ser solo propaganda para el mismo pueblo norcoreano para tenerlos conscientizados de una amenaza norteamericana.
A diferencia de la estrategia diplomática utilizada por Barack Obama, el actual presidente norteamericano, ha optado por algo más duro y directo, fiel a su estilo confrontacional y verborreico. Trump ha afirmado que Estados Unidos está preparado para actuar en contra de Corea del Norte con o sin la ayuda de China. “Si China no resuelve el problema de Corea del Norte, lo haremos nosotros”, afirmó Trump a The Financial Times.
El envío del portaaviones a aguas cercanas a Pyongyang sucedió pocos días después que Donald Trump sostuviera un encuentro con el presidente chino Xi jinping en Florida en el cual, como el mismo Trump reconoció, le comentó que debían evitar nuevas provocaciones de Pyongyang. Fue en esa misma comida que Trump le dijo a Xi Pinping que estaba bombardeando Siria con 59 misiles mientras probaban “la torta de chocolate más bella que hayan visto”. Seriedad diplomática.
.@POTUS tells @MariaBartiromo he told President Xi about the Missile strikes over "the most beautiful piece of chocolate cake." pic.twitter.com/vPLu7ZhxbR
— FOX Business (@FoxBusiness) April 12, 2017
Paralelo a toda la nueva tensión con Corea del Norte, Donald Trump también ha dado la orden de lanzar la bomba más grande no nuclear que tiene Estados Unidos sobre territorio afgano para destruir blancos del Estado Islámico.
Si por su parte el presidente Trump tiene los ojos puestos en Asia y muy precisamente en Corea del Norte, su vicepresidente, el ultraconservador Mike Pence, tiene sus pies en la península coreana. El día lunes Pence aterrizó en Corea del Sur, lugar en donde dijo que Corea del Norte mejor no se arriesgue en poner a prueba la determinación del presidente Trump frente a los programas balísticos y nucleares. Por su parte el régimen norcoreano ya había dicho que estaban listos para responder “a cualquier ataque nuclear con un ataque nuclear a nuestra manera”. El fin de semana fueron un poco más allá, al asegurar que un ataque por parte de USA provocaría una “respuesta nuclear que aplastaría a Estados Unidos”.
Hoy, desde Corea del Norte aseguraron que seguirían haciendo pruebas de misiles semanalmente. La Casa Blanca dijo por su lado que la “era de la paciencia estratégica se acabó”.
La preocupación de Washington es la determinación de Kim Jong Un por lograr un misil intercontinental que pueda llegar a territorio estadounidense. Actualmente son muy pocos los países en el mundo que tienen ese tipo de misiles (Estados Unidos, China, India y Rusia), pero el temor va en que Pyongyang ha ido dando pasos constantes para sumarse a esa lista de países. El líder norcoreano informó que su plan es lograrlo a más tardar a fines de este año.
El régimen por dentro
Corea del Norte es un país hermético del cuál se sabe poco y se presume mucho. En Netflix se pueden encontrar dos documentales que exponen la rutina de los ciudadanos que viven en el régimen.
Uno de estos documentales es “The Propaganda Game” en la que podemos ver a la capital norcoreana en sus días comunes y corrientes. La visita es guiada por Alejandro Cao, un español partidario del régimen y que vive en Corea del Norte. Cabe destacar que “The Propaganda Game” solo pudo grabar en los lugares en los que consiguieron autorización y siempre custodiados por oficiales de la dictadura. Obvio, solo muestran “lo bonito” de Pyongyang. Interesante exposición de una sociedad condicionada a una visión global reducida.
Otra joya sobre Corea del Norte que podemos encontrar en Netflix es el documental “Under the Sun”, la cual evoca una sensación de melancolía y angustia superior a “The Propaganda Game”. ¿Por qué? Porque en este documental las personas que participan actúan una vida feliz en Norcorea y la gracia de este documental es mostrar un constante detrás de cámaras en el que se puede ver como repiten una y otra vez, porque las autoridades les dijeron que debe salir todo perfecto para mostrar al mundo lo felices y perfectos que son como sociedad.