Spoiler: esta es la serie más importante del año. Punto. Lo malo: no está en Netflix. Es demasiado heavy para Netflix.
La televisión siempre ha tenido un rol preponderante de entretener y rara vez es capaz de atrapar la atención completa de las personas en una atmósfera sofocante, que te recuerda lo real que se pueden volver las imágenes frente a ti. Pero lo hace. Y cuando lo hace es como una mano tomándote del cuello.
The Handmaid’s Tale, como libro, lleva más de 30 años dando vueltas en el mundo, pero es primera vez que una adaptación de la historia es capaz de provocar eso mismo que produjo el texto de Margaret Atwood: miedo real.
Adaptada para la televisión por Bruce Miller (The 100) para la plataforma de streaming Hulu, con tres episodios disponibles hasta la fecha y que saldrán semanalmente, The Handmaid’s Tale (El cuento de la criada) retrata un futuro distópico no muy lejano, en un lugar que antes era Boston, Estados Unidos, y que es una régimen fundamentalista llamado Gilead. Debido a la propagación de la infertilidad, producida por las enfermedades de transmisión sexual y la contaminación, muy pocas mujeres pueden dar a luz y las que pueden han sido esclavizadas sexual y reproductivamente. La inspiración a esto es el capítulo 30 del Génesis, con la historia de Jacob, Raquel y la sierva Bilha, quien le dio un hijo al padre de las doce tribus de Israel. Todo esto en un espacio y tiempo más parecido a el siglo XVII que a un lugar como en el que vivimos hoy.
Como protagonista está Elisabeth Moss (Mad Men, Top of the Lake) como Offred, la criada del Comandante Fred Waterford (Joseph Fiennes), quien es vista con recelo por su infertil mujer Serena Joy (Yvonne Strahovski). Offred llegó a ese lugar luego de ser atrapada por la fuerza paramilitar que está al poder, quienes mataron a su marido, Luke (O. T. Fagbenle) y su hija Hannah tratando de cruzar la frontera hacia Canadá, y pasa sus días contemplando la vida enferma de una dictadura de fanáticos religiosos y recordando su vida pasada, aferrándose a la memoria.
Con la experiencia que le dio haber trabajado en Mad Men, una serie de época que retrató el sexismo con la que se trató a las mujeres en la vida profesional y social de los 60 como Peggy Olson, Moss interpreta el papel con todo su cuerpo, con la cámara de la directora Reed Morano (Kill Your Darlings) a un par de centímetros de su rostro, a veces inexpresivo, otras contenido de rabia por rebelarse en contra de su situación.
Ninguno de los elementos presentes en la serie son aleatorios, incluyendo esos pequeños detalles que los productores han puesto ahí para identificarnos directamente con ellos: la opresión de las minorías sexuales en campos de concentración, las protestas feministas en las calles que claman por el fin del régimen o las mismas personas escapando hacia la vecina Canadá, en búsqueda de un futuro.
En el centro está la mujer, esa que se le cortó toda libertad en pos de una veneración enfermiza por la maternidad, que deja a muchas como simples vientres de alquiler, solo que el precio que deben que pagar es con sus vidas.
Muchas veces brutal de ver, con escenas que van desde la violación de la protagonista en un ritual religioso de fertilidad hasta la mutilación genital de una de las criadas, esta serie es una tremenda adaptación del libro de Atwood y una cruel muestra de la realidad a la que podemos descender si seguimos eligiendo a personas que abocan por la eliminación de los derechos reproductivos de las mujeres, es, probablemente, la serie más importante, y la mejor, de este 2017.
https://www.youtube.com/watch?v=PJTonrzXTJs