Boys will be boys baby, boys will be boooooooooys. Está en Netflix.
Boys es una película de Países bajos de 2014, y que por estos días la puedes encontrar en Netflix, que cuenta la historia de Sieger, un joven de 15 años confundido como tantos otros jóvenes de su edad.
Huérfano de madre, Sieger vive con su padre viudo y su hermano rebelde que no sabe hacer nada más que andar en moto. Situación que molesta a su padre pues la razón de la muerte de su esposa se debió a un accidente en ese medio de transporte.
Ante esa dinámica familiar, a veces un poco gritona e inestable, Sieger debe lidiar también con su propio tormento que le significa asumirse como homosexual .
Las historias de jóvenes adolescentes que se dan cuenta que son gay y que viven todo el proceso hasta encontrarse tranquilos con ellos mismos cada vez son más frecuentes tanto en series como en películas pero, a diferencia de la mayoría, en Boys este tema se presenta de manera más natural y, quizás, hasta más tierna que de costumbre sin tener que mostrar más de lo necesario de los actores, en donde el cuerpo y lo atractivo que pudiesen llegar a ser simplemente no es tema.
Sin abarcar el despertar sexual de manera explícita dejando de lado la genitalidad tan recurrente en historia adolescentes gay, Boys va hacia algo que a veces puede provocar un sentir de melancolía en el espectador que es ese primer amor tan difícil de asumir pero que tanto marca y que a veces tanto se recuerda.
La historia es simple, pero bien lograda. En 76 minutos de historia se puede disfrutar de una historia sencilla pero bonita tanto en su trama como en la estética de cada escena en las que destacan los verdes y un juego de sombras elegante que expone de manera fiel los campos y barrios de ese lado de Europa. Más su banda sonora en las que destacan canciones de Kodaline y M83.
Sin ir más lejos, Boys es una buena opción de película para ver en familia y recordar que Love is Love.