Cómo se hace, en qué consiste, dónde se hace, cuánto pagan, y las clínica que hacen el procedimiento de extracción y donación/venta de óvulos, en este testimonio.
Ejercicio. Haz como que estás en un café. O una plaza. O un carrete. Donde sea. Con una amiga. Ella te empieza a contar esto. (El ejercicio de que te sitúes en un lugar x a escuchar la historia es imaginario, la historia es 100% real, no podemos, ni la amiga que nos contó puede dar su nombre, porque el procedimiento requiere y exige un 100% de anonimato).
Acá vamos.
“Me enteré de esto hablando con mi cuñada sobre que necesitaba plata para pagar la universidad, lo que no me cubre el CAE. Ella me comentó medio en talla que una amiga de ella había vendido sus óvulos. En rigor no se venden, me dijo, se donan y se recibe una compensación, porque es como ilegal venderlos cachai?”
“La cosa es que lo tomé en serio y me puse a buscar en Internet. Al tiro te aparecen la Clinica Las Condes y la Clínica Ivi. Escribí a la CLC y me mandaron un mail para que fuera a una entrevista“.
“Primero te explican el procedimiento, los riesgos y el proceso de selección que consiste en un prueba médica. Revisan tu historial médico y familiar para descartar problemas genéticos y te hacen una eco para ver que tengas los folículos, que son como los proyectos de óvulos, suficientes. También te hacen una prueba psicológica. Si pasas todo eso te hacen una prueba de sangre, para descartar que no tengas enfermedades venéreas”.
Luego de todo eso hay dos alternativas. Esperan que hagas match con una familia que espera una donante y la otra opción es que te extraigan los óvulos y los congelen. En la Ivi existe eso, en la CLC, según entiendo, esperan a hacer el match”.
“Después de todo lo anterior te preguntan tu disponibilidad de tiempo y te programan para empezar a inyectarte hormonas en la guata. Esas son dos semanas que te inyectas y te van revisando con ecografías para asegurarse de que el ovario no se sobre estimule porque eso seria negativo, como una bomba de agua que explota, por eso ahí te van controlando las dosis”.
“Cuando los folículos crecen a un diámetro adecuado te citan a la clínica. Te ponen anestesia general y los extraen como con una pequeña aspiradora que hace succión vía vaginal. Después de eso, que no es mucho rato, te piden hacer reposo, pero estay bien, a lo mas te duelen los ovarios un poco”.
“Mientras te estas inyectando las hormonas, es medio desagradable. Andas mal genio, quieres matar a medio mundo, se te hinchan las pechugas, pero son solo dos semanas, no es mucho más terrible que un síndrome pre-menstrual muy fuerte”.
“Cuando le conté a mi familia que lo quería hacer, su reacción fue bastante negativa. Por qué quieres hacer eso si te podemos prestar plata, después fue como van haber hijos tuyos en el mundo, o vas a ver una guagua en la calle y podría ser la tuya, me decían. Pero ese pensamiento no aplica a mí. Al final por supuesto no les conté que lo hice, preferí ahorrarme y ahorrarles ese rollo”.
“A mi pololo le da lo mismo, o sea lo encuentra bacán, porque es una plata extra que permite pagarme la parte de la U que no paga el CAE. Pagan en UF, entre 800 y 750 lucas, a mí me pagaron 780. Yo partí haciéndolo porque quería y él lo respeta, pero además sabe que no se podría meter, porque es mi cuerpo”.
“Mi posición es que en verdad es algo que yo no uso y que a otra persona le puede servir mucho. Si hay alguien que quiere tanto tener una guagua y no puede, y llega al nivel de someterse al tratamiento y a pagar todos los costos, bacán poder ayudar y que además me paguen. Yo le dije eso a la psicóloga la segunda vez que postulé en la CLC y me trató súper mal, como si estuviera regalando una chaqueta y no es así. De hecho cuando me puso ese ejemplo yo le conteste que no era como regalar una chaqueta, sino que era como vender una chaqueta que no uso, y que alguien la quiere mucho, porque no voy a decir que es una guagua. Es la guagua de la persona que se hace el tratamiento, que lo paga, no es una guagua para mí, si jamas iba a serlo. Lo otro que me decía era si estaba dispuesta a que el producto de mi óvulo me conociera, porque el o ella podía querer eso en el futuro. Yo le dije que si este programa no fuera anónimo, nadie donaría. Le dije que no estaba dispuesta a que me fueran a contactar después y no me llamaron de nuevo. Me dio la impresión de que la psicóloga de allá no está muy de acuerdo con el trabajo que hace”.
“Hace un tiempo fui a la a la Ivi y pasé a la etapa de la psicóloga. Allá fueron muy simpáticos. Como que en la CLC lo hacen pero con culpa. Yo no lo estoy haciendo porque quiero ser Miss Chile y ame a todas las guaguas del mundo. No estoy vendiendo una guagua, es un óvulo y si se se convierte en una guagua, no va ser mía de ninguna forma, es de su mamá y de su familia”.
“Este no es un tema del que se hable mucho realmente, pero yo lo recomiendo absolutamente. De hecho a una amiga le di el dato y partió al tiro a averiguar”.