Conversamos con Natalia Valdebenito sobre la seriedad con la que se toma su labor social como comediante, a partir del estreno de “Gritona!”, su especial de Netflix.

Walter Benjamin escribía, entre lo nostálgico que puede resultar su trabajo, que “para pensar, no hay mejor comienzo que la risa. En especial, la sacudida del diafragma suele ofrecerle al pensamiento mejores oportunidades que la del alma”.

Nietzsche explica que la risa es una fuerza destructivo-creadora. En su “ciencia alegre” defiende la risa en relación al pensamiento que cree que se debe “tomar en serio” todo, excluyendo la risa, lo cómico, gracioso del pensar.

Hegel, por ejemplo, le daba un valor negativo a lo cómico, ya que era una corriente que se entendía desde los espacios decadentes en las sociedades.

La risa en el arte antes del siglo XVIII era mínima, casi no existía. Las pinturas o esculturas, manifestaciones artísticas en general la excluían. De hecho hasta hoy es uno de los temas que menos se ha estudiado de la época pre-romántica. Eran pocos quienes se dedicaban a hacer reír, y lo hacían al costo de su cabeza, literalmente. Eran los bufones.

Estos personajes eran un canal que permitía la conexión, desde una performance, de la risa como elemento discursivo para hacer reír al rey. Pero si al rey no le causaba risa su rutina, podía incluso mandarlo a matar. Era el precio que pagaban.

Cuando este speech comenzó a cobrar importancia, debido a su amplitud en la Edad Media y el Renacimiento, existieron manifestaciones folclóricas que se crearon en exclusiva para “pasarlo bien”: el carnaval.

Pensemos en la historia, los lugares, las personas, lo oficial. Era un momento en que existía una cultura oficial totalitaria, feudal, violenta, religiosa, en contra de todo aquello se saliera de un molde; y estas formas de risa se oponían a todo esto. Entonces existía la literatura parodia, los cultos cómicos, bufones, payasos, entre otros que potenciaron la cultura de la comedia.

La risa, lo gracioso, el delirio de las carcajadas nace desde lo popular, de un contexto en específico, de la fiesta, el error, el contar historias y compartirlas con un fin que variaba según el espacio, según explica Mijail Batjin en La Cultura Popular en la Edad Media y el Renacimiento.

Desde ahí entonces es más fácil entender la relación que existe entre la clase y el humor. La democratización de este espectro permite pensar, estar claros con respecto a la actualidad y problemáticas que emergen desde quienes no cuentan con privilegios para poder hablar, defenderse, estudiar, abortar, expresarse, y para quienes no pueden gritar.

Esto lo tiene más que claro la actriz Natalia Valdebenito. La comediante utiliza el stand-up comedy para hacer reír, pero siempre y primero que todo es actriz.

Desde este mundo llega a trabajar en todas las aristas que su performance le permite. Telenovelas, paneles de actualidad, teatro, entre otros; y ahora dedicada a la radio locución con su exitoso programa Café con Nata por Súbela, al stand-up, recorriendo Chile y ahora el mundo entero con su recién estrenado especial de Netlfix, Gritona! también disponible en formato audio en Spotify.

“El escenario es un espacio para modificar algo. Yo vengo desde la actuación, por eso me defino desde ahí. Desde ahí aprendí que el escenario es un espacio al que una tiene que llegar a decir algo, con el que una tiene una responsabilidad de llenar con más que algo físico, con ideas, con contenido”, dice Valdebenito.

Desde hace bastante tiempo que las personas están escuchando más a las comediantes que incluso a los políticos, ya que su trabajo de análisis de la sociedad permite generar lecturas clave para entender y re entender la situación actual, lo crítico, lo crudo, lo violento que puede llegar a ser una sociedad como la chilena.

“Yo creo que en la comedia, y el stand-up -que es mi forma de hacer comedia, es una obligación de todo aquel que se pare en el escenario a decir cosas, es dejar algo, transformar algo, hacernos cargo de la realidad, de mí realidad, de lo que sucede, y si yo puedo ayudar aún mejor”, continúa.

El feminismo es sin duda el eje del que Natalia habla para entender el mundo. Desde esta perspectiva se hace necesario volver a observar, con  la misma mirada crítica que ofrece la actriz, la actualidad nacional.

“Así como con los temas de género, como con la lucha de clases es necesario que cada uno desde su lugar trate de hacer algo con el contenido. Nos podemos reír y al mismo tiempo pensar, no es tan complicado. Yo siento que el escenario tiene que ser para eso, por eso son mis temas”, agrega.

Se hace cada vez más necesario escuchar la realidad de las mujeres. En la comedia, en el cine, la televisión, en todos los espacios. Natalia observa desde un paralelo. Es una espía en el patriarcado, que saca a la luz las ronchas que más les duele, sus miedos al cambio y los exhibe mientras el público ríe.

En su trabajo, Valdebenito, dice que le cuesta involucrarse con algunas cosas porque siempre mira desde afuera, pero está segura de que esta temática es importante “es algo de lo que tenemos que hablar”.

La comedia es y ha sido la manera de democratizar la sociedad más divertida que existe. Planteando sensatez en la locura del país.

“Si yo estuviera pelando el cable y equivocada en que esto es una desigualdad, no provocaría risa, rabia, rechazo, todo lo que te provoca escuchar. Si esto realmente no fuera una desigualdad no provocaría nada de lo que está pasando”.

Puedes disfrutar de todo este contenido en Gritona! el especial que cuenta historias, te hace reír, pensar y discutir.


El especial Gritona! de Natalia Valdebenito está disponible haciendo click aquí.

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