No queremos decirlo, pero sí, es como Black Mirror de la vida real.
Ya nadie nos tiene que decir que en Internet hay gente que hace el bien y el mal, dependiendo de donde se le mire. Con el descubrimiento masivo de que existe una web oscura, profunda, una a la que hay que acceder mediante navegadores específicos que te permiten penetrar en esas capas que no se ven, donde conviven los que no quieren ser encontrados, los que buscan lo prohibido y lo extremo. Pero estas zonas de peligro no se encuentran solamente en esos niveles profundos, sino que también están presentes en redes sociales, foros de internet, podcasts, YouTube, etc.
Cada capítulo de máximo media hora cubre una temática, ya sea sexo, biohacking, pedofilia, violencia, porte y uso de armas, o drogas, con tres historias diferentes.
El mundo que retrata Dark Net, serie documental de 2016, es ese mismo que todos conocemos pero llevado al extremo. Cada capítulo de máximo media hora cubre una temática, ya sea sexo, biohacking, pedofilia, violencia, porte y uso de armas, o drogas, con tres historias diferentes.
Sin demonizarlos, muestran a tres personas en espectros opuestos del problema: en el episodio tres, quizás el más duro y controversial, se entrevistó a una trabajadora de una ONG que quiere mantener a los niños de un pueblo en Filipinas lejos de los computadores, donde los padres son capaces de venderlos para que hagan shows pornográficos online, y también un condenado por almacenamiento de pornografía habla sobre su obsesión por las imágenes de menores de edad.
Gente cuya vida ha sido destruida por los efectos nocivos de Internet, ya sea por aquellos que se esconden detrás del anonimato o por la cantidad ilimitada de información, también son parte de Dark Net. Un adicto al porno de 17 años sufre e intenta “repogramarse” para superar su situación; una joven vio expuesto su propio cuerpo cuando su ex posteó fotos de ella desnuda en una centena de sitios; un hombre es arrestado por defender a una mujer y es acusado de obstruir el procedimiento policial, y fue salvado por una grabación que otra persona hizo con su celular, o dos periodistas que crearon un bot feminista para defenderse de los trolls son unos de los muchos testimonios de este show.
Para ser simplistas: es un Black Mirror de la vida real, donde todas esas historias que cultivó la ciencia ficción y la especulación científica se hacen realidad y, por lo general, sin medir consecuencias de sus lados oscuros.
La primera temporada de Dark Net está disponible en Netflix. Hay una segunda también pero no la han subido aún.