Los 18 años para algunos son simplemente la edad más temida porque tienes que decidir entre postular a una Universidad o te pueden llamar para entrar al Servicio Militar.
El Servicio Militar es una institución en la que de acuerdo a tu edad puedes postular de manera voluntaria o puedes ser llamado desde la mayoría de edad hasta los 24 años.
¿Debería dejar de existir? Sí. ¿Deberíamos para de gastar millones y millones en esta institución que muy pocas veces ha prestado ayuda? Sí. ¿Deberíamos recordar todo lo que le han hecho los militares a Chile y a latinoamérica? Sí. ¿Quiénes han sido los que históricamente han levantado dictaduras, genocidios, guerras, en el mundo? Sí, las fuerzas armadas.
Estamos en contra de la guerra, aunque este concepto ha ido evolucionando y ya la guerra como tal sólo atiende a ciertos contextos, en la era posmoderna las guerras virtuales están cada día más presentes.
Mientras tanto, siguen existiendo fuerzas armadas en todo el mundo (salvo en países que prefieren gastar su dinero en educación, cultura, vivienda, y así).
Dura en promedio un año, hay personas que pueden volver a postular una vez terminado para así repetir el ciclo. Deben tener como mínimo la mitad del High School, y el resto lo pueden terminar dentro, dos por uno.
En el Ejército hay dos escuelas: una de suboficiales y la de militar. Aquí te preparan para profundizar en lo que quieras.
Si eres llamado puedes presentarte y explicar que no puedes forma parte y dar tus razones, como inicio de actividades académicas, alguna enfermedad o, como muchos, puedes inventar alguna excusa que puedas justificar. (Aunque no siempre es posible).
En cada país, cierta parte de la población cuenta con entrenamiento militar. Estas personas ya se graduaron del Servicio Militar y bajo las circunstancias de conflictos internacionales (así les gusta llamar a lo que comúnmente se conoce como Guerra), deberían salir junto a quienes estén en ese momento en el SM a “dar la vida por su país”.
“Dar la vida por tu país” es un aseveración que se puede objetar de tantas maneras. Tratamos de comunicarnos con el Servicio Militar en múltiples ocasiones, pero no nos contestaron así que decidimos preguntar a sus cadetes por la situación en la que se encuentran y cómo se verían a sí mismos en caso de conflicto internacional.
Servicio Militar y la guerra
Alejandro tiene 18 años, es de Talcahuano y se inscribió como voluntario para entrar al Servicio Militar en Chile. No quiso entrar a estudiar porque no se sentía lo suficientemente maduro como para estudiar en una Universidad, Instituto, centro de formación u otra de las múltiples posibilidades.
“El servicio militar surgió como oportunidad de tener una experiencia enriquecedora en muchos ámbitos para mi vida. Los múltiples beneficios, tanto en lo valórico, aprender de la camaradería, solidaridad, valorar lo que tengo y a mi familia, conocer gente nueva y tal vez muy distinta -o no- a mí, conocer chile, aprender a ser más patriota; además de el resto de los beneficio sociales, económicos y educacionales, instrucción militar con armamento, etc, que están en la página web del servicio militar. En fin vivir una experiencia nueva e irrepetible es lo que quiero este año para mi vida, sea buena o mala, sé que enriquecerá mi vida”.
Su familia y cercanos no estaban de acuerdo con su decisión. “Hay un prejuicio de que en el Servicio Militar se pasa mal”, y bueno, es bastante entendible pensar eso. Han denunciado a la institución por discriminación en numerosas oportunidades, incluso a un conscripto le cortaron la cara con una tijera.
“Creo que las fuerzas armadas deberían tener más un uso político que para la guerra en sí. Entonces si Chile -u otro país- tiene además de un ejército profesional, una población ciudadana con instrucción militar, tendrá más poderío militar, estratégico y podrá actuar más rápido ante algún tipo de invasión, por lo que cualquier país que quisiera invadir Chile sería más cauteloso y no lo haría tan así a la ligera como con un país desprotegido. Y si me preguntas por qué existe el servicio militar y no sólo un ejército profesional; es sabido que no a todos les interesa la vida militar, por lo que si el servicio es algo obligatorio -o voluntario también- y de un año solamente se abarca mayor cantidad de contingente“.
Carolina tiene 20 años y ya lleva un año en el Servicio Militar. Se comprometió con la institución porque está segura de la ayuda que le prestará en el futuro “ya que siempre toman en cuenta a los que ya tienen una disciplina militar”, según ella. “A mi siempre me han encantado los militares por su disciplina, ya que la gran mayoría son responsables y ordenados por eso postulé al Servicio Militar”.
Nos cuenta que todos los días en las mañanas entrenan y después tienen que hacer absolutamente todo lo que sus superiores les ordenan. Desde barrer las hojas de los patios o sacar pasto en adelante.
Carolina dice que desde que terminan el servicio pueden pasar hasta cinco años en los que tienen que estar atentos al teléfono, ya que pueden ser llamados a pelear por “su país”.
“Iría (a la guerra) ya que me encanta todo este tema de guerra aunque tenga miedo, pero sería por mi país y por mi familia por quien esté luchando, para protegerlos de todo… Si para eso nos están preparando: en caso que pase cualquier cosa”.
Diego, por otro lado, con 19 años está listo para todo. “Siempre me había llamado la atención la vida militar, además no estaba muy seguro de que podría hacer con mi futuro. Vengo de una familia clase media, tenemos lo necesario para estar bien, pero no sé si tanto, para pagar una escuela matriz, así que decidí ingresar de manera voluntaria al servicio, y de ahí ver algún tipo de vía directa para postular a alguna escuela matriz”.
Mientras lidian en su cabeza con tener que entrenar, cortar el pasto o prepararse para “dar la vida por su país”, juegan cartas, revisan sus redes sociales. “No se hace mucho”, dice Diego.
En caso de guerra, según nos cuenta, el “personal de planta se prepararía primero”. “Yo creo que nosotros igual iríamos, porque por algo hacemos un juramento a la bandera y nos hacen un seguro de vida”.
Dice que lo haría por su país, por su bandera y por su patria y familia. En este juramento prometen rendir con su vida “si fuese necesario”.
“Siempre he tenido ese sentimiento de apego hacía mi patria, desde pequeño he pensado en el honor de servir al país”.