Nos juntamos con el actor de Una Mujer Fantástica para hablar de su onírica experiencia en los premios Oscar, astronomía, biopolítica y arte al ritmo de un café, jugo y galletas.

El autor junto a Pancho Reyes descubriendo su asombroso parecido.

 

La mañana post premios Oscar, Francisco Reyes se fue a parar afuera del Dolby Theater, a mirarlo, con un poco de resaca. La noche anterior había estado ahí, en el escenario recibiendo el premio a mejor película extranjera junto a Daniela Vega, el director Sebastián Lelio y los hermanos Larraín. Ahí, durante la premiación compartió elogios con estrellas de Hollywood del calibre de Meryl Streep, Salma Hayek y Frances McDormand.

“Me fui a instalar ahí, con las tripas al aire. A constatar que esto que había pasado no era más que una ilusión. Ya no había glamour, estaban desarmando todo. Esa especie de Olimpo al que habíamos llegado, ya no existía”, cuenta.

En varias entrevistas, Reyes, de 63 años, ha descrito la experiencia de los Oscar como “onírica”.

“Me interesa ahondar en esa sensación onírica que sintió”, le digo mirando a los ojos a Francisco. Tomo un sorbo de expresso.

Entiendo- me mira de vuelta y toma un sorbo de jugo de naranjas- es que hay que partir de la base de la instancia que estamos hablando. Son los Oscar, algo que uno siempre ha visto muy lejano. Tener la posibilidad de subir a un escenario donde han subido artistas que uno ha admirado toda la vida, es algo que literalmente cuesta creer. Es algo efímero, rápido, difícil de atrapar como vivencia, es parecido a un sueño en ese sentido.

Y cuando nombran UMF como ganadora…¿Qué pasa en su cabeza en ese momento?

Uno salta de verdad del asiento. Se siente como si se tuviera un volcán dentro. Es como un estallido de emoción. Eso es imposible de fingir, o de ocultar, no hay pose. Ahí la cabeza entra en un estado como de sueño, ¿me explico?

Si, claro.

Es pura emoción, de ahí para adelante, uno se saluda, se abraza con el equipo y sube al escenario. No sé los demás, pero yo en ese momento no tuve ninguna facultad de mirar a la gente que estaba en la platea o en las primeras filas. No veía a Meryl Streep. Simplemente estaba ahí y me sentía increíble. Sabía que estaba frente a mucha gente que admiro, que había una sala enorme aplaudiendo, pero estaba preso de sensaciones más abstractas. De una sensación un poco irreal.

Mordemos, masticamos y tragamos una galleta, y continúa el relato.

“Uno dice estos norteamericanos viven en la ilusión, por eso inventan tantas películas, tantas ficciones. Viven en una ilusión, en una ficción permanente que se inventan y se cuentan”.

“Durante las cuatro horas que dura el evento, uno está expuesto a la exposición de un desfile de cientos de películas, de los años 40 para adelante. Ves viajes a las estrellas, hombres lagartija, cowboys, etc. Uno dice estos norteamericanos viven en la ilusión, por eso inventan tantas películas, tantas ficciones. Viven en una ilusión, en una ficción permanente que se inventan y se cuentan. En la vida real viven en el consumo, tienen una realidad construida que es ilusoria. Todas esas estrellas intocables son ilusorias finalmente, porque son gente de carne y hueso, pero que te ha hecho volar de emoción. Constatar que uno es, o fue parte, humildemente, de ese juego ilusorio, es bien loco.

Debe ser difícil de asimilar.

Lo es. Por eso me fui a instalar al otro día afuera del Dolby Theater. En eso pensaba.

Y literalmente hablando ¿Alguna vez había soñado con estar en los Oscar, o ganar uno?

Creo que no. Quizá lo pensé alguna vez, dentro de todas las huevás que piensa en la vida. En algún momento me imaginé trabajar con Al Pacino o algo así, pero como de soñar-soñar con esto, nunca me pasó. Como pensamiento loco, posiblemente.

¿Sueños lucidos ha tenido?

Si, muchas veces. Sobre todo uno delicioso, que es volar, maravilloso, la sensación es hermosa, hay un momento que uno empieza a descender, y ahí le he puesto un esfuerzo extra para volver a elevarme. He soñado al menos cinco veces con eso, y he podido controlarlo. También he soñado con que he sido acuchillado y he manipulado la situación para no morir. Como si me resistiera a la muerte.

Dijo también que sentía que tras la premiación su aura había cambiado, ¿Podría elaborar al respecto por favor?

Siento algo raro. No es un aura mágica o algo que yo me crea, pero cambió cómo la gente me ve. Y eso por supuesto que afecta. Eso yo lo siento en la calle

¿Cómo es distinto? Obvio que la gente antes también lo reconocía.

Si claro, pero cambió la calidad del saludo quizá, la gente me saluda con mucha más energía, por decirlo así. Con alegría, con felicitaciones todo el tiempo, con los pulgares para arriba o aplausos, ese tipo de expresiones. Entonces esa visión de los demás te va generando un aura. Hay evidentemente un nuevo estado que tiene que ver con la energía que recibo de los demás y que influye en la mía.


Desobediencia de Marte

foto: Matias Troncoso

 

Está presentando una obra de teatro llamada Desobediencia en Marte, ¿Podría contarme de qué se trata?

Tiene que ver con un tema que es el legado. Hay algo en el ser humano que lo hace buscar legar y trascender, como esta especie de semi dios entre animal y otra cosa que somos. La obra se trata de dos astrónomos del 1600, Tycho Brahe y Johannes Kepler, que se encuentran. Brahe (Francisco Reyes) es el viejo y Kepler (Nestor Cantillana) el joven que viene con el ímpetu de conocimiento y con mas información técnica que Brahe, que era un tipo que vivía solo de noche mirando el cielo, entendiendo la órbita de los planetas a partir de la observación directa, teorizando sobre el universo de forma increíble. ¡Es un gallo que a puro ojo descubrió una estrella nueva! Kepler, que es el joven, necesitaba las tablas de medición de este viejo para poder corroborar sus teorías, pero el viejo, cuenta la historia, no se las quería dar porque sabia que Kepler iba dar un paso mas allá y con ello su trascendencia llegaba hasta ahí. Entonces en la obra se la pasan borrachos, peleando y teorizando.

Hablando de astronomía, ¿Qué opina sobre el planteamiento de Hawking que decía que la única esperanza de la humanidad era migrar a otro planeta?

Chuta, espero que no. O si. A ver, espera, primero, creo que al planeta le quedan varias vueltas más que dar aún, pero espero que esta humanidad muera en la Tierra, exportar esta humanidad, así como estamos, al resto del cosmos, seria horrendo. Porque yo creo que estamos todavía en niveles de imbecilidad que hay que superar antes de exportarnos. Claro, hemos hecho algunas cosas hermosas, pero estamos destruyendo el planeta y hay que ser muy pelotudos para haber hecho eso, un planeta hermoso, impresionante, que es la vida misma. Hemos inventado muchas cosas espectaculares pero no sirve de nada si estamos matando la vida, así que tener que irnos a otro planeta porque destruimos el que teníamos no me parece buena idea ¿Para qué? ¿Para destruirlo también?


Ultraderecha y el estado del arte

¿Qué opinión le merecen los dichos del cardenal Ezzati sobre el cambio de sexo registral en menores trans? “No porque yo a un gato le pongo nombre de perro, comienza a ser perro”, dijo.

Me parece importante que se vayan sincerando los pensamientos y las posiciones. Si estos temas hacen que personas como Ezzati sinceren sus posiciones es positivo. Pero Ezzati sin duda es una desgracia para Chile, para la iglesia chilena también, porque es una persona poco evolucionada. Sus dichos son muy violentos, si yo le respondiera en su lenguaje, si me pusiera al nivel de su violencia básica tendría que decirle que un pedófilo no deja de llamarse pedófilo por ser cura, pero no sirve para nada porque no me voy a poner a ese nivel. Por eso lo que le dijo Daniela me parece atractivo, que fue ven a conversar conmigo, a ver si te atreves, que es tender un puente, pero también un poco desafiante, y se entiende.

“Ezzati sin duda es una desgracia para Chile, para la iglesia chilena también, porque es una persona poco evolucionada”.

¿A qué cree que responde el surgimiento de un personaje como José Antonio Kast?

Me parece que la evolución es imparable, y hay gente a la que cuando le mueven lo que considera correcto o estable, aunque eso no exista, porque la naturaleza es móvil, va a reaccionar con sus herramientas. Si yo soy rígido, facho o izquierdista, es porque no tengo herramientas para surfear y ser flexible. Los movimientos evolutivos van a generar estas apariciones de Kast, Ezzati, es parte de.

Si uno quiere cueca hay que bailarla. Y la inteligencia para bailarla es no responderle a Ezzati con sus mismas bajezas, o no responderle a Kast con la violencia que pregona. No caer en su provocación, porque el es un provocador, y si caes en su juego le das la razón, le das poder. Él viene de un mundo de provocadores, instigadores, de los que pusieron a Pinochet en el poder justamente a través de la violencia, la instigación y la provocación.

¿Qué le parece que le hayan pegado?

Mal, por lo mismo que te digo, pero si tu me dices que José Antonio Kast reclama su agresión en función de la democracia, me cuesta. Porque puta, tiene razón, estamos en democracia, pero que levante esa bandera me molesta, me hace sentir pichuleado, porque hace uso de espacios democráticos enarbolando con la otra mano la bandera de la dictadura.

Usted dijo que le preocupaban los elementos de ultraderecha de este gobierno.

Es que es un gobierno de derecha, y no solo de derecha, sino que también está compuesto por la ultra derecha. Me preocupa que en este gobierno haya gente que auspició, ayudó a producir, produjo, usufructuó y sigue creyendo en la dictadura militar. Que esa gente esté en el gobierno me preocupa, creo que le hace mal a Chile.

“Me preocupa que en este gobierno haya gente que auspició, ayudó a producir, produjo, usufructuó y sigue creyendo en la dictadura militar”.

¿Cuál es el rol del arte en este escenario?

El rol del arte es lo que hizo Lelio con su película: sentir, estar conectado consigo mismo, con las fuerzas del ambiente y de ahí sacar su obra. Esta película abrió y está abriendo mentes y corazones. Es a través de la belleza y la poesía que formula preguntas como persona. Eso es arte. Que la belleza bote las armas de los prejuicios y ponga en igualdad de condiciones a todas las personas. He escuchado gente muy conservadora, desarmada frente a la peli, necesitados de respuestas, de responderse cosas, eso es el arte, ese es el rol del arte. Siento que Una Mujer Fantástica llegó en un momento bien complejo de la humanidad. No solo con el tema de la transexualidad sino que también en uno donde hay procesos migratorios súper potentes. La película también habla de eso, en la interrogante que le pone al espectador respecto a cómo estás tu frente al otro que desconoces, que no sabes leer. Cómo estas reaccionando ¿Con temor y violencia? O puedes ser capaz de abrirte a lo que el otro puede entregarte. Como Marina (Daniela Vega en UMF) que entrega su forma de vida, su canto, su honestidad. En el caso de los inmigrantes, tenemos que aprender a captarnos, entendernos. Hay que abrirse, dar espacios y captar que son seres que pueden transformar nuestras vidas para mejor. Me parece que esos algunos de los temas que hay que poner sobre la mesa.

*foto portada La Cuarta.