Un matrimonio cayéndose a pedazos e hijos heridos por una pasión insana: mi clase de show favorito.

Medea, Medea, Medea. Es una figura que, como estudiante de literatura, te fascina y luego, te puede llegar a atormentar. En este mito griego están encapsulados todos los estereotipos de una mujer que, muerta de celos, destruye a todo su paso, pero también, la autodeterminación de poder realizarse y tomar decisiones por si sola.

Por destruir todo a su paso nos referimos a: traicionar al padre, matar al hermano, luego matar a la nueva mujer del marido y terminar matando a sus propios hijos para vengarse del ex, todo eso en una obra del siglo V a.C.

El dramaturgo griego Eurípides decidió tomar el mito de Jason y Medea y transformarlo, sin querer, en un indispensable del canon literario de Occidente y la tragedia griega más representada en el siglo XX. No es para menos, si el mismo feminismo de la segunda mitad del siglo que tenemos a nuestras espaldas la erigió como un referente protofeminista esencial para el movimiento. Sea o no, es imposible negar la influencia del mito de Medea en muchos productos culturales de la actualidad, en las que las características “masculinas” y “femeninas” se difuminan para crear un icono de la lucha contra una sociedad vertical y patriarcal.

¿A qué viene Medea en una reseña sobre una serie? Bueno, porque no todos los shows de televisión se basan en otros o en películas, entre otros, sino que cavan más allá de la historia del cine y la televisión. En Doctor Foster, transmitida por BBC One, el mito vuelve a la vida de la forma más contemporánea posible y lo tuerce más allá de que alguna vez Eurípides y muchos otros representaron en escena, para hacerlo más verosímil a los tiempos que vivimos.

Doctor Foster es la vida de Gema Foster (Suranne Jones), una médico general en un pueblo de Inglaterra que lleva 15 años casada con Simon (Bertie Carvel), un arquitecto nacido y criado en el lugar. Ambos tienen un solo hijo, Tom, y llevan una vida demasiado común y perfecta para ser real. En realidad no lo es, porque él la está engañando durante un tiempo y cuando comienza la serie ella recién empieza a sospecharlo. Para algunas puede ser pan de cada día, pero para Gema es la traición máxima y hará todo para descubrirlo, aunque se vuelva demente en el trayecto.

Muchas de las decisiones que toma, desde revisarle el auto entero a confrontar a todas las personas que sabían del affaire con violencia, pueden estar moralmente erradas, es en esta búsqueda en que se encuentra con la verdad de su vida y misión; en como el ser esposa de y madre de eclipsa a todas las otras partes que te hacen un ser humano autónomo. También se da cuenta de que su marido es un mentiroso patológico y eso es una victoria en sí misma, porque, francamente, hace años que en pantalla no estaba un personaje masculino tan detestable cómo él (con la excepción a parte de Games of Thrones y todas esas series de Netflix que amas ver).

Simon no tiene salvación, porque en el momento que puede admitir su relación paralela mirando directamente a su mujer a los ojos, prefiere perder la oportunidad y pretender seguir la vida tal cual como estaba.

Y lo que pasa es que Simon tiene mucho de Jason: un hombre calculador movido por el poder que necesita conseguir todo lo que quiere a costa de los sentimientos de otro. Gema quedó huérfana a los 16 años, y cuando se conocieron, siempre estuvo claro que de ella tenía un futuro financiero medianamente seguro, y ya como médico profesional, siempre generó más dinero que él. Jason se une a Medea por su poder de hechicera que descendió directamente desde los dioses y que haría cualquier cosa para que él cumpla su promesa de casarse con ella, cosa que vuelve ocurrir cuando se le ocurre volver a casarse con Glauce, hija del rey Creón, para seguir teniendo poder. La Glauce de Doctor Foster es Kate Parks (Jodie Comer), hija de un hombre rico del pueblo que puede ser un potencial inversionista con su proyecto inmobiliario que está en la quiebra.

Lo mejor de Doctor Foster es que los hechos y las intenciones de cada uno de los protagonistas se van mostrando poco a poco, y las consecuencias que estos traen, sobre todo en el hijo de ambos, el cuál ya no puede más de ver a sus padres tratarse de la forma más vil posible. Esta es una historia de como las pasiones de los adultos pueden tener las peores consecuencias y ni siquiera en necesario matarlos para torturarlos. Para eso está la mente, los traumas no resueltos y las relaciones que se desgastan con el tiempo cuando estás demasiado obsesionado por vengarte de tu ex. Es quizá una de las mejores adaptaciones de Medea, y si de algún modo te sientes atraído por la tragedia griega, tienes que verla.

Las dos temporadas de Doctor Foster están disponibles en Netflix.