Aunque me digan que es muy de señora, no puedo parar de ver la serie de Luismi, que tiene una onda extremadamente Freudiano que la hace adictiva.

Para los que vivimos en Latinoamérica, y probablemente algunas cientos de personas España y Miami, sabemos perfectamente quién es Luis Miguel. Un artista que se hizo conocido muy pequeño, que alcanzó  la fama a los 17 años y que llegó a la cúspide entre sus 20 y 30 años.

Todas nuestras mamá lo amaron y nosotros nos memorizamos más de dos (o tres o veinte) canciones con su voz. Sabemos perfectamente por las etapas que pasó, desde la camisa abierta hasta el eterno traje negro que aún no se saca.

Pero no sabemos del todo quién exactamente es Luis Miguel. Tenemos lo básico: que su mamá desapareció sin dejar rastro, que se peleó con su papá/manager, que ha tenido varias parejas polémicas y que es un cantante exitoso. Y como somos morbosos profesionales (y nos encantan las historias reales llevadas en la pantalla) nos vamos a tirar de cabeza a ver la serie/película/leer la biografía de esta persona famosa que asociamos a momentos de nuestras vidas.

“Ay, pero por qué estás viendo la serie de Luismi”, me han dicho. Encontraron que era de señora gastar mi tiempo en ponerle play a la serie del “Sol de México”, pero sinceramente, siempre me dio curiosidad cómo podrían mostrar su vida, qué tanto iban a censurar y a qué parte de la historia le iban a dar prioridad.

El primer capítulo fue una pincelada de las temáticas que tocarán en la primera temporada y una buena puerta de entrada a lo que es la vida de Luis Miguel. Sí fue él mismo quien dio autorización (quien sabe por cuántos millones de dólares) a que Netflix y Telemundo contaran su historia.

Basado principalmente en el libro “Luis mi rey, la apasionante vida de Luis Miguel” de Javier León Herrera, entrevistas del cantante y artículos, personas reales, hechos reales constituyen una serie de 13 capítulos que serán subidos a Netflix todos los domingos por la noche. El anuncio hace un año de que la serie estaba en producción fue hecho por el mismo Luis Miguel con estas palabras: “Durante décadas muchas personas han hablado de mi vida y muchas más han creado sus propias versiones. Ahora he decidido contar yo mi propia historia”.

Que el propio cantante esté supervisando una serie sobre si mismo da para desconfiar, porque, ¿Qué artista quiere que su ropa sucia se esté lavando en el servicio de streaming más importante del mundo? A pesar de que no creemos todo lo que aparece, al menos sabemos que las primeras etapas de su vida son más fidedignas que las que vienen después, porque el centro de los primeros capítulos se los lleva la relación de Luismi (interpretado por Diego Boneta) con su padre Luis Rey (Luis Gallego Sánchez, su verdadero nombre, interpretado en la serie por Óscar Jaenada).

luis miguel

El español estuvo casado con la italiana Marcela Basteri (Anna Favella) y en los 70 tuvieron dos hijos, uno de los cuales tiene una voz de ángel y una cara de inocencia que conquista a cualquiera. La familia se traslada a México y en momentos de dificultades económicas, el padre de Luis Miguel ve en el talento de su hijo una forma de salir de las deudas. La empresa resultó tan bien que Luis Rey se convirtió en el manager de su hijo y Luis Miguel ya era extremadamente famoso a los 17 años.

Es en ese paso a la adultez en el que Luis Miguel abre los ojos a las manipulaciones constantes de su padre, quien sediento de poder quiere controlar al hijo, que es un vaca sagrada hasta el fin de los días.

Pero a Luis Miguel todo le parece raro: no lo dejan manejar su dinero, deciden con quien y con quien no puede salir, lo aislan completamente de su madre y lo ponen a hacer favores a él y a su madre que rayan en lo extremo (sobre todo por la supuesta vinculación sexual que Basteri tuvo con el jefe de la policía mexicana Arturo Durazo Moreno para volver famoso a Luis Miguel).

El padre es claramente el villano de la vida real, a punta de gritos, cocaína y poco amor de padre, por ende se ganó el lugar de ser el malo de la serie de su hijo, aunque ya esté bastante muerto para defenderse: la primera escena está ambientada en el 92, cuando Luis Miguel está a punto de dar un concierto en Paraguay y le anuncian que su padre está muriendo en España. A Luis Miguel no le puede importar menos, y en pleno boom de su carrera, empieza a cantar como lo ha hecho- literalmente- toda su vida.

Freud escribió sobre lo importante que era matar al padre, figurativa y no literalmente, para entrar por fin en la edad adulta. Luis Miguel matando a su padre en la ficción de la pantalla, quizás, sea liberarse de la carga negativa que siempre tuvo en su vida, y quizás así, llegar a la verdadera madurez de su ser.

Luis Miguel: la serie está disponible en Netflix con nuevos capítulos todos los domingos.