Un 3 de enero de 2008, el estudiante y activista Matías Catrileo murió en circunstancias bastante similares a las de Camilo Catrillanca.

Fue el 3 de enero de 2008 cuando el estudiante de 23 años que se encontraba en una manifestación fue acribillado por la espalda con el disparo de una Uzi de un carabinero. Matías Catrileo sigue siendo recordado por todo el país latinoamericano, y más aún sigue más fuerte que nunca el sentido de lucha y activismo del pueblo mapuche, sobre todo ahora con el asesinato por parte de personal policial a Camilo Catrillanca.

Con una ametralladora disparada por un carabinero murió Matías. Era un 3 de enero que pasó a la historia. El estudiante de agronomía de la Universidad de La Frontera, en Temuco (La Araucanía), región donde el conflicto se sigue desarrollando hasta hoy, 11 años más tarde.

Matías era oriundo de Santiago donde también se desempeñaba como activista dirigente de la causa mapuche. Ese 3 de enero se encontraba con sus compañeros mapuche en el fundo Santa Margarita.

Tanto para Matías como para los demás activistas y mapuche las tierras les pertenecían a las comunidades mapuche y no a los empresarios que hacían uso de ellas. Este fundo era de la familia Luchsinger.

Fue Walter Ramírez Inostroza quien abrió fuego contra el grupo de activistas y que hirió a Catrileo por la espalda destrozando su pulmón derecho y matándolo en el lugar.

Matías Catrileo

 

Ramón Llanquileo era uno de los comuneros mapuche que se encontraba en el lugar ese día. “Cuando nos quedamos atrás unos cuatro o cinco, pasó Matías y me dijo ‘¡me dieron!’. Yo le dije ‘¡aguanta, aguanta!’ sin ver donde le había llegado el impacto de bala. Le extendí la mano a Matías para agarrarlo y hacerle impulso, pero no logró cruzar el canal, cayó inmediatamente”, dijo.


El cabo Ramírez fue condenado por la justicia militar. Según la sentencia: utilizó armas de fuego no existiendo un peligro real e inminente para su integridad, razón por lo que la violencia ejercida al momento de los hechos fue del todo innecesaria y no encuentra motivo racional que la justifique”, independiente de este documento la condena sólo fue de 3 años y un día de libertad vigilada.

La Corte Suprema ratificó la sentencia y Carabineros degradó al policía por “faltas a la ética profesional”. Pero hasta el día de hoy sigue ejerciendo como policía.

Este asesinato ocurrió en el primer gobierno de Michelle Bachelet, cuyo vocero que en ese momento era Felipe Harboe, aseguró que existió un enfrentamiento con fuego cruzado, sin embargo se comprobó que murió de un disparo efectuado por un carabinero que lo atacó por la espalda.

Bachelet hasta el día de hoy se ha mantenido en silencio sobre este caso, pero sin embargo se ha manifestado preocupada y crítica por la muerte de Camilo Catrillanca, asesinado a manos del gobierno de Sebastián Piñera.

La hermana de Matías, Catalina Catrileo, dijo en una entrevista con la Radio y Diario U. de Chile durante el año pasado que existe una “absoluta impunidad sobre su asesinato” ya que “las leyes chilenas protegen a quienes reprimen y no a quienes se manifiestan y luchan”.

El policía nunca estuvo preso. “No hubo cárcel y las leyes ayudaron a que eso ocurriera. No hay justicia y se sigue reprimiendo a las comunidades. Legalmente ya hicimos todo lo que se podía hacer en Chile”, afirmó su hermana.

“Un pueblo que no se gobierna no tiene dignidad (…) El territorio es algo importante para nosotros, porque donde uno nace, uno tiene que morir. Actualmente estamos oprimidos por el Estado, no podemos ser mapuche”, dijo Matías Catrileo en una entrevista.

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“Mi apellido Catrileo, proviene de dos palabras: “katrü” que significa corte y “lewfü” que significa río. La primera vez que supe esto, tenía pocos años. Una profesora me lo dijo en el colegio. Luego, un poco más grande, un profesor de historia me lo reiteraba, aunque ya lo sabía. Ambos me dijeron que mi apellido significaba “río cortado””, dice la escritora y poeta mapuche Daniela Catrileo.

“Hago esta especie de genealogía para hablar de Matías. En el año 2008 yo estudiaba en la Arcis, me tocó estar allí para la difusión de su asesinato”, continúa la docente y filosofa.

“Creo que hoy, después de once años del asesinato a Matías Catrileo y con todos los muertos que portamos, no basta una chapita mapuche o agitar una Wenufoye de vez en tanto. También hay un deber en investigar, en hacer consciente los territorios que pisamos y los cuerpos que siguen habitando sus espacios. Los mapuche no somos un pasado, ni somos una comunidad aislada en el sur”, explica en Es Mi Fiesta.


Todos muertos en manos de Carabineros

Alex Lemun, Juan Collihuin, Jaime Mendoza Collío, Camilo Catrillanca. Estos nombres parecen ser omitidos por los libros, pero están presentes en la historia chilena y por sobre todo en la historia mapuche.

Alex Lemun tenía 17 años cuando en 2002 el mayor de Carabineros, Marco Aurelio Treuer le disparó un perdigón en su cabeza mientras se manifestaba por la recuperación de las tierras del fundo Santa Elisa que ahora pertenecen a la empresa Forestal Mininco en Ercilla.

Juan Collihuin tenía 17 años en 2006 y murió cuando Carabineros apareció en la comunidad Bollilco Grande en la comuna de Nueva Imperial. Ingresó al lugar sin ninguna autorización y disparó con una sub-ametralladora UZI. Las responsabilidades cayeron en el sargento Luis Marimán Levío a quien la Fiscalía Militar absolvió en 2012.

Jaime Mendoza Collío murió el 12 de agosto de 2009 cuando estaba en una ocupación en Angol del Fundo San Sebastián. Estaba saliendo del lugar y un uniformado del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) le disparó en la espalda. Se comprobó que Mendoza no portaba ni había hecho uso de ningún arma, según explicó El Desconcierto.