Te puedes imaginar la respuesta.
Ya se va a cumplir un año desde que apareció la primera denuncia contra Aziz Ansari que se convirtió en viral.
“Grace”, la mujer que acusó al comediante de conducta sexual inapropiada, detalló docenas de veces en las que fue obligada a tener relaciones sexuales pese a que fue clara verbal y no verbalmente sobre su negación.
Eran 3.000 palabras las que conformaban su testimonio explicando lo lejos que podían llegar los hombres para ignorar lo que dicen las mujeres.
Esta historia obligó a las feministas a alzar la voz nuevamente para frenar la cultura de la violación.
La historia de la víctima fue despedazada en redes sociales, medios y publicaciones de todo tipo. Algunos decían que no era asertiva, que estaba minimizando la situación, que estaba tratando injustamente al comediante, o que trataba de desprestigiar su imagen.
Grace estaba hablando en una zona gris del consentimiento. El New York Times dijo que no fue abuso sexual sino que fue un “mal sexo”.
Harvey Weinstein y Larry Nassar estaban siendo considerados y duramente tratados por el movimiento #MeToo, para frenar a todos los Harveys y Larrys del mundo.
Se comparaba a Louis CK con Ansari, ya que eran malos, pero no tan malos, entonces comparaban el abuso sexual con la conducta sexual inapropiada, con la violación, con tocaciones, y dejaban confundida a la opinión pública para finalmente dejarlos ser “hombres”.
Como era de esperarse, lo más importante en la discusión fue la reputación de Ansari, más que su comportamiento violento-sexual. Mujeres y feministas dijeron que se había destruído a un hombre que no lo merecía. Grace pasó a un segundo, tercer, cuarto lugar, y ella ya no era una víctima sino que una agresora que quería destruir a un pobre comediante con raíces indias.
Ansari y otros depredadores de Hollywood están bien, y siguen haciendo una carrera. Weinstein y Kevin Spacey están siendo investigados como los criminales que son. Pero las mujeres siguen siendo las malas, las que buscan fama y las que quieren acabar con las carreras de estos abusadores, violadores, hombres que son incapaces de ver que lo que hacen es incorrecto y no ayuda a crear una sociedad libre y justa.
Aziz Ansari está de gira con sus Stand Up, y nadie le cerró ninguna puerta. De hecho hasta Netflix dijo que estarían felices que su show, Master of None, volviera con otra temporada “cuando Aziz esté listo”.
Louis CK, quien admitió masturbarse en frente de cinco mujeres a quienes les saboteó sus carreras, está de vuelta en los bares y teatros. De hecho, uno de sus shows en Albany agotó entradas en 45 minutos después de ser anunciado.
James Franco, acusado de abuso sexual, abuso físico en el set, explotación sexual a sus estudiantes de actuación, y aparentemente dormir con una menor de edad empezó a grabar una serie de Netflix, The Ballad of Buster Scruggs, y además recibió un Globo de Oro como mejor actor en 2018.
John Lasseter renunció de Pixar después de ser acusado de sexismo y comportamiento sexual inapropiado en el trabajo, luego fue contratado en Skydance Media como jefe de animación.
Michael Douglas, por su parte fue acusado de masturbarse en frente de una de sus trabajadoras y después recibió un Globo de Oro.
Nicolás López fue acusado por 8 mujeres por presunto abuso sexual y una acusación de violación por parte de una menor de edad. Sus películas siguen en Netflix y lo último que se supo de él fueron las cinco horas de declaraciones en Tribunales donde dijo “soy inocente” e incluso subió un video con su defensa en un video de Youtube.