En madrid un joven mató y descuartizó a su madre para comérsela con su perro.
Alberto Sánchez Gómez, un joven con cara de niño, con 26 años de edad mató y cortó y guardó el cuerpo de su madre en recipientes en el refrigerador. Se lo estaba comiendo con su perro.
La mejor amiga de su madre, María Soledad Gómez de 66 años, la empezó a echar de menos. Gómez iba todos los días a comprar y después a tomar una cerveza en alguno de los bares que están en las cercanías del barrio. Denunció a la policía local, y llegaron con dos carros a la calle Francisco Navacerrada.
Llegaron y Sánchez se puso nervioso cuando le preguntaron por su madre. Daba explicaciones extrañas y tuvieron que insistir para poder entrar. Encontraron tuppers con carne humana por toda la casa. Uno de los policías lo vio, no aguantó, bajó a la calle, vomitó.
Los vecinos aseguraron que Sánchez maltrataba a su madre, quien lo denunció una docena de veces. Su otro hijo, mayor, casado, con su propia vida andando no logró hacer que la relación mejorara. Encontraban a Gómez con moretones en el cuello y en los brazos, ella decía que se había caído cuando salía a pasear al perro.
El padre de Sánchez, esposo de Gómez murió hace 15 años. Tenían una familia muy común y corriente. Iban a ver a sus hijos a jugar fútbol, salían a comer. Todo parecía bien.
Sánchez vivió una temporada en Atenas y después estudió hotelería. Era contratado por grandes e importantes hoteles y restaurantes.
Un amigo de Alberto, Chechu, dijo que lo había notado “ido”. Se sorprendió por su comportamiento errático. Lo había visto pasar sus tardes con vagabundos en un parque tomando vino y fumando colillas recogidas del suelo.
Otros cercanos dijeron que parecía raro, que no hablaba nada durante horas. Otros comentaban que “Era un chico muy normal, callado”, “Muchas veces bajaba la madre llena de moratones y nos decía que se había caído con el perro”, comentó Tito quien maneja una tienda en el edificio de enfrente.
“Muchas noches estaba a las dos de la madrugada sentado en un banco en una placita. Parecía fumado e incluso drogado. No se daba cuenta ni de que pasabas a su lado”, aseguró otro vecino. “Le quitaba algún objeto de valor a su madre y se lo gastaba en droga. Este verano pasado, dicen que estuvo tres días sin saber dónde estaba en el aeropuerto de Atenas, en un viaje que hizo a Grecia”, continuó según consigna El País.
Alberto confesó. Se mostró muy cooperador al principio, después no quiso declarar. “Los trozos son tan pequeños que va a ser casi imposible descubrir cómo la mató. Ha pasado mucho tiempo y el cuerpo está bastante deteriorado”, dicen desde el equipo de investigación. Pasó la noche en el Registro Central de Detenidos en Moratalaz, se decretó prisión provisional y el cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense donde se le practicó una autopsia.
Hasta el viernes pasado nadie había reclamado su cuerpo.