Sabemos que Jair Bolsonaro es una persona violenta, homofóbica y racista. Cómo olvidar cuando le dijo a una diputada que “era muy fea como para ser violada”; o cuando señaló que ninguno de sus hijos podría ser gay porque “todos ellos fueron bien criados”.
Bolsonaro llegó al poder haciéndose la víctima, culpando a la izquierda de todo, pero al momento de asumir las responsabilidades como gobernante, ha demostrado ser incluso más incompetente de lo que creíamos. Bolsonaro es un personaje, y todos estos tienen fecha de caducidad.
Brasil es uno de los países más ricos del mundo con recursos inigualables en ninguna otra zona. Sin embargo, es también uno de los más afectados por la corrupción y la violencia. Los brasileños tenían confianza en que Bolsonaro era la respuesta para estos problemas, pero sin embargo, ha logrado acrecentarlos.
Estos han sido los peores 10 días de gobierno para Bolsonaro, y aunque no lo crean, tiene mucho que ver con su admiración por Augusto Pinochet y el sistema de AFP que heredamos de la dictadura militar.
Las razones de la caída
Sergio Moro, actual Ministro de Justicia, fue inculpado de hacer de forma ilegal un lobby contra Lula Da Silva para evitar su postulación a la presidencia e incidir en su encarcelamiento. Lula ha dicho hasta el cansancio que fue encarcelado sin pruebas, y un diario pequeño brasileño demostró que Moro habló con los fiscales del caso para enviar un comunicado malicioso en contra de Lula mediante la aplicación Telegram.
Trece juristas denunciaron a Moro y se pide su renuncia al igual que la liberación de Lula. El caso ha sido conocido como Morogate, en relación a la situación vivida por Richard Nixon en la década de los 70.
La caída del Ministro de Justicia ha golpeado fuerte a la administración de Bolsonaro, que ponía las manos al fuego por la autoridad tras denunciar sin piedad la corrupción del caso Lava Jato.
Este 15 de junio, a días de iniciar la Copa América, se produjo la primera huela general en Sao Paulo y Río de Janeiro, las ciudades más importantes del país. La razón de este paro, fue contra el sistema de pensiones, calcado a la perfección de nuestro sistema chileno.
Los sindicatos, la oposición y los movimientos sociales consideran que la reforma perjudicará sobre todo a los trabajadores más pobres, algo que ocurre en Chile y por lo que se realizó una multitudinaria marcha hace algunos meses bajo el lema “no + AFP”
El gobierno no ha dado su brazo torcer y afirma que el sistema “acaba con los privilegios de algunos sectores históricamente más favorecidos y que su aprobación es básica para reducir el déficit público y para que la economía vuelva a crecer”.
Las palabras anteriores corresponden a los mismos argumentos entregados por la administración de Pinochet para tranquilizar a la población luego de la crisis económica de 1982.
Pero eso no es todo. Bolsonaro afirma que los brasileños tienen derecho a defenderse y promueve el uso de armas para toda la población. El año pasado en Brasil murieron 70 mil personas por uso de armas. Más que en Siria, que se encuentra en guerra.
Bolsonarco
Este 26 de junio, como si fuera poco, un militar de la comitiva que acompañaba a Bolsonaro a la cumbre del G-20 celebrada en Tokio fue detenido por la policía luego de que se encontrasen 39 kilos de cocaína en su equipaje.
“He pedido al ministro de Defensa su inmediata colaboración con la Policía española para el pronto análisis de los datos, cooperando en todas las fases de la investigación” señaló Bolsonaro en Twitter.
Pero el malestar general de los brasileños viene respecto a la economía: este 2019 el PIB ha caído un 0,2% y se espera una inevitable recesión. Frente a la situación, Bolsonaro señaló que “No sabía nada de economía”.
La popularidad de Bolsonaro en enero de era del 60%, y ahora no alcanza ni el 35%. Las encuestas fueron realizadas antes de paro de pensiones y del caso de drogas recién mencionado.