Mi relación con CLUB-MATE fue evolucionando de manera muy orgánica. Primero me causaba extrañeza cuando veía que alguien la tomaba en la oficina, pensaba que era cerveza, y aunque eso no es algo tremendamente raro de ver por acá, esto ocurría en la mañana u hora de almuerzo, lo que sí lo hacía algo anómalo.

Por su color amarillo y botella de vidrio en efecto da la impresión de ser una cerveza. Pero no lo es. Luego, después de un par de veces preguntando la misma tontera ¿Por qué estay tomando chela? el colega me convidó un sorbo. De primera su gusto medio amargo no me gustó.

Luego la misma persona me regaló una en retorno por acompañarlo a comprar. Y ya te dije que la conocí de suerte y que primero no me gustó, o sea no te estoy tratando de engrupir, pero te prometo que el efecto de una botella es innegable.

Te quita el sueño y te pone de buen humor. Es extraño porque la diferencia con ese subidón de una energética o un café cargado, es que no viene acompañado de esa aceleración cardiaca. Es como un subidón mental, sin efectos físicos.

Una cosa llevó a la otra y quisimos conocer quienes están detrás de CLUB-MATE en Chile. De nuevo, no te voy a mentir, con la idea de ver si les interesaba trabajar en alguna colaboración en conjunto.

Me senté a conversar con Juan Eduardo Parker, gerente general de CLUB-MATE, un tipo de entusiasmo contagioso que viene de trabajar en altos puestos de una bebida energética y luego en casinos. Dice, con la fe de alguien saliendo religioso de prisión, que le encanta a lo que se dedica hoy “porque es realmente lindo, es algo que se hace con genuino amor”.

Asegura que toma CLUB-MATE todo el día, y es difícil no creerle.

“Es una bebida natural, el mate es un estimulante, pero al final del día es una bebida 100% natural, libre de gluten, vegana, antioxidante”, explica. “Hace bien, mucha gente me dice que literalmente les da felicidad, y yo pienso parecido”, agrega entusiasmado.

“El rol de CLUB-MATE en este momento es nada más que ser consecuente y consciente con su historia”, dice. “Desde que esta bebida nació en Alemania, desde que alguien llevó mate para allá, la intención era hacer algo innovador y sustentable. Entonces siempre se hizo en vidrio, siempre se usó papel reciclado y las etiquetas no vienen pegadas con pegamento, los cultivos de mate en Argentina y Brasil son sustentables, usamos cero plástico, etc, lo que quiero decir es que no nos estamos subiendo al carro de la consciencia ecológica, es lo que somos desde siempre”, asegura.

“Por eso que tu no vas a ver pantallas Led o camionetas haciendo publicidad de CLUB-MATE, usamos redes sociales y todo eso, pero nuestra principal forma de comunicar es que confiamos en el boca a boca…¿Sabes por qué? Porque el equilibrio de todo lo que hacemos genera una mejor convivencia con el entorno. Eso es algo real”, dice.

Ahora CLUB-MATE no solamente tiene su versión clásica, sino que también un de sabor Granada y una Cola, que está hecha de nuevo, solamente con ingredientes naturales como semillas, flores y nuez de cola.