¡Se viene marzo!
Esa ha sido un frase muy utilizada desde que empezó el verano y tiene una alusión clara. En el mes de los útiles escolares y el pago de patentes volverá a recrudecerse la protesta social.
Y bueno, acá estamos. Llegó marzo.

Nos decidimos y nos aventurarnos en conocer, desde las y los expertos, una mirada amplia de lo que podría pasar en este mes clave, a 50 y tantos días de lo que será el plebiscito que decidirá si se aprueba o rechaza una nueva constitución.

Magdalena Claude, antropóloga, realizó una investigación que el medio Ciper tituló Retrato de un clan de la primera línea y que significó dos meses de estudios sobre un grupo perteneciente a la primera línea de las protestas. Sus formas, costumbres y anhelos.

Sobre el tema nos indicó que “Lo que suceda a partir de marzo tiene mucha relación con el desarrollo de la campaña por el plebiscito y el resultado del mismo. Si gana el apruebo es muy probable que la violencia disminuya, no así la movilización. Si gana el rechazo la violencia se encrudecerá porque estaremos más lejos de generar cambios estructurales, aunque no inmediatos, pero quienes se movilizan entienden que son sumamente necesarios”.

Muchas personas se preguntan en qué momento parará esto, cuando tendremos las calles “normales”, cuando dejará de ser tema de sobremesa de todos los almuerzos el estallido social. La antropóloga nos cuenta que no es tan fácil: “Chile jamás volverá a ser lo que era hasta el 17 de octubre de 2019 y si por normalidad nos referimos al orden público, hoy está lejos de controlarse. El gobierno de Piñera al cual le quedan dos años, ha sido incapaz de gestionar el restablecimiento del orden público sin violaciones a los derechos humanos”, además añadió que “‘el cambio real’ que muchas y muchos están buscando será el resultado de un proceso extenso que se basa en la conjunción de tres momentos: que gane el apruebo en el plebiscito con el mecanismo de convención constitucional, electa cien por ciento para redactar una nueva Constitución de cara a la ciudadanía y donde las leyes posteriores no invaliden lo que surja del proceso constituyente. Esto permitirá que la ciudadanía se sienta parte del proceso y reconozca el pacto social porque no es impuesto como el actual”.

Consuelo Ulloa es socióloga y astróloga. Escribió el libro astrología en tiempos difíciles, pero es ultra conocida por su Instagram @miaustral, donde tiene cerca de 70 mil seguidores. Allí realiza agudos comentarios sobre la contingencia basada en sus conocimientos astrológicos. En base a esa expertiz nos contó que: “El estallido social comenzó luego de la Luna llena en Aries del 13 de octubre, que activó la conjunción de Plutón y Saturno en Capricornio. A finales de marzo ocurrirá la Luna nueva en Aries, lo que augura una nueva activación de los movimientos sociales. Con tanta energía en Capricornio, que es un signo cardinal y que apunta a la manifestación de cosas en la tierra, se sentirá fuerte y claro el grito respecto a los cambios necesarios en la sociedad y en la vida individual de las personas. Las últimas semanas de marzo serán sin duda muy importantes para Sebastián Piñera, quien tiene Luna y Nodo norte en Aries.”

También recalcó que los principales cambios vienen desde el feminismo.

“Marzo sin duda será un mes movido. En primera instancia, tendremos el fin de semana del 7 y 8 la conjunción (0°) de Venus y Urano en Tauro. Venus es el planeta regente de la energía femenina, en cuanto a lo que valoramos y apreciamos, lo que nos parece bello, y lo que nos parece importante manifestar en una relación con otros. Este planeta es el regente de Tauro, signo fijo de tierra, orientado a la percepción sensorial, a lo estable, a la tierra y a lo que podemos poseer. Urano, por su parte, es el regente de Acuario y representa los cambios súbitos y revoluciones. Está transitando por este signo desde 2018, y ha venido cambiando las pautas respecto a los valores intrínsecos de la sociedad respecto a lo femenino, la relación con el dinero y especialmente la conciencia por el cambio climático”.

La astróloga señala que toda esta conjunción suceda justo para el 8 de marzo “es básicamente un grito fuerte del despertar feminista. Junto con la conjunción del Sol y Neptuno en Piscis ese mismo fin de semana, será posible que sintamos con mucha energía emocional cuán importante es el movimiento feminista en el mundo. Días después, la Luna llena en Virgo nos llamará a ordenar en la realidad cómo vamos a permear en el mundo esta oleada maravillosa que se avecina”.

Para Tomás Vodanovic, sociólogo y asesor parlamentario del diputado Pablo Vidal la situación tiene matices “Creo que existe una campaña un poco agotadora y muy perjudicial para el proceso que vivimos, que busca instalar que en marzo este país va a explotar y será secuestrado por la violencia. Y si bien existen grupos de interés que buscan propiciar dicho clima por conveniencia propia, yo prefiero creer en la posibilidad de tener un marzo profundamente movilizado, pero con una participación mucho más focalizada en el objetivo concreto del plebiscito. Eso creo que es lo que esperan la mayoría de las personas”.

“Parte de las cosas que podemos hacer para evitar que la violencia tome más protagonismo que los procesos democráticos, es dejar de invocarla en cada espacio. Luego, el carácter que tome la protesta va a depender de muchos factores que escapan del propio movimiento social y que son muy difícil de presagiar, como las respuestas que vayamos obteniendo de parte del gobierno, el rol que cumplan las policías y como la institucionalidad en general vaya dando respuestas a las demandas que ya se instalaron con fuerza el año pasado. Entre otras cosas”.

Con respecto a una salida de la crisis, el sociólogo plantea que: “Ya está más que dicho, pero retomar el estado de las cosas pre 18 de octubre es un imposible. Y tiendo a pensar que la única manera de retomar niveles de convivencia cívica deseados es ampliando y fomentando los espacios de participación, y entregar respuestas concretas a las principales demandas levantadas por la ciudadanía el 18 de octubre, que tienen que ver con las pensiones de nuestros adultos mayores, las extensas jornadas laborales, los bajos salarios, la calidad de nuestro sistema de salud, el costo y calidad del transporte público, la desigualdad, la impunidad frente a los abusos de los más poderosos”.