Por Valentina Muñoz
“Feminismo revolucionario”, “No más estallidos oculares”, “No más impunidad” se leía en el abrigo oscuro con el que Francisca entró relumbrante al escenario. Un ojo de bordes blancos con lagrimal rosado anunciaba desde el centro de su espalda que la protesta sobre el escenario sería indiscreta.
Fue así cómo una provocadora Francisca Valenzuela comenzó su show de una hora de duración que destacó por el feminismo y justicia social. El segundo que ha dado en la Quinta Vergara, pero definitivamente más palpitante que en 2013. Como entrando a una pasarela de manifestación social, modeló los mensajes de su cuerpo y se sentó frente al piano.
Es como si hubiese tenido una visión hace trece años, cuando escribió su sencillo Los poderosos, para tocarlo en ese preciso momento. Próximamente se quitó la chaqueta y con un traje rojo -según mi interpretación, también en línea con el estallido- continuó la presentación para pasar a hablar del amor.
Después de dedicar Afortunada a todos los pololes en lenguaje inclusivo, se refirió a las relaciones tóxicas: “Esta canción la escribí inconscientemente como un proceso de sanación (…) Habla sobre darse cuenta de que uno está en una relación tóxica. Fue una terapia que mi cuerpo me regaló un día que la compuse en el piano”.
En esa misma línea, coreó acapella: “¿Por qué me lo hiciste, por qué me lo hiciste? Tú dices que es por amor, y yo sé que está mal pero tengo miedo de cambiar o quedarme aquí atrapada con él”, loop en el que entró una docena de mujeres con todo tipo de cuerpas y un solo tipo de pañuelo (verde, por si a).
“Nos vemos el 8M chiquillas” le dijo al público, y éste le respondió espontáneamente con el coro de Un violador en tu camino. “Grande Lastesis, unas verdaderas heroínas”, contestó la artista. Siguió con su sencillo Héroes.
Y como no podía dejar de recordarnos el nivel de música en el que está esta mujer, sorprendió con un piano-contra-piano junto a Claudio Parra de Los Jaivas en plena interpretación de Al final del mundo. El segundo mejor crossover de la noche después de la cueca con Mon Laferte.
Porque, a diferencia de la presentación de Monserrat -que estuvo cargada de discursos y mensajes- lo de Francisca fue menos verbal y buscó el uso de símbolos para expresar su protesta social. Todos esperábamos el gesto del ojo y finalmente tuvo lugar en los últimos diez minutos de presentación tras interpretar Buen soldado. Un 7 al ingenio.
Y si bien Francisca fue bastante no verbal para manifestarse, tuvo algunas excepciones, eso sí. “A los que me inspiran, los que luchan contra las injusticias, a mis compañeras”, mencionó en algún momento. En tanto el hit del verano no podía faltar:
Si en algún momento pensamos que concretar el festival de Viña era pésima idea, o peor aún, aceptar ir, Francisca Valenzuela, así como ya lo habían hecho otros artistas en esta edición del festival, nos demostró lo contrario.
Gracias por tanto.
Mira el show completo de la Fran acá.