“El lenguaje es un virus“, escribió Burroughs, el padre Beat y, quizás, también el padre de la electrónica; quien a través del Cut up (corte, rearticulación, ensamble y creación) da vida a nuevas piezas a partir de elementos preexistentes. Sin embargo, más allá de las formas, lo importante es el fondo: el cuerpo virulento que da paso a la mutación, resistencias y nuevas formas de vida.
por Sebastián Herrera
El lenguaje es un virus, aparece sin previo aviso, se inmiscuye cuando nadie llama y genera alertas en el cuerpo -desprevenido y utópico- que abraza esa creencia y fe ciega de la eternidad. En tiempos de COVID-19, de pandemias, encierros y cuarentenas, llega a nuestros oídos el trabajo de Kasa De Orates (KDO, Manuel Knwell) junto a Fiat 600 (Miguel Conejeros), quienes, en ese lenguaje virulento, presentan y hacen entrega de Mortuus Utopía: 4 pistas, de experimentación, techno y resistencias.
Cioran, La lengua muerta, Machitún y el Remix de Cioran realizado por Blank Document, dan luz en tiempos de pandemia, demostrando que nada es natural, todo es exterior y que, en esa persistencia violenta, se encuentra el antídoto: la materialización de esa otra utopía: la revolución electrónica.
Al igual que Burroughs, la generación del techno se resiste a ser desmembrada, catalogada, y analizada en su profundidad. Este disco es un ejemplo de esto, descentralizado, rizomático y sutil en sus registros crean distancias, diferencias avasalladoras y posibilidades de resignificar el sonido que siempre parece a punto de acabar.
Tanto o más punk que el punk y con una tribu tan marginal y distópica como los cyberpunks, los beats de este trabajo se cortan y ensamblan en rítmicas que apelan a otras búsquedas, a indagar más allá de la música, entre los intersticios rítmicos de la palabra, el lenguaje codificado que emula la electrónica, en una experimentación que encuentra, en el hackeo del lenguaje, los códigos primarios para la creación de nuevas formas experimentales.
Mortuus Utopía llega en momentos donde nos cuestionamos todo y donde la respuesta parece estar en ese desbloqueo o hacking y en sus posibilidades técnicas de reelaboración, visibilidad y masividad del código.
Un disco que es al mismo tiempo el mapa de hackers que indagan en los cuerpos celulares, en el virus originario, y su encuentro con el cuerpo, en el que juegan y liberan elementos: grabadoras, cintas, sistemas de montaje, y líneas de asociación; la utopía muerta, la desesperación y fracaso de un Cioran que renace en el nihilista y repetitivo pulso del beat de este trabajo.
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