La ministra del Trabajo, María José Zaldívar, abordó la decisión del Gobierno de decretar el regreso gradual de los funcionarios públicos al trabajo presencial, pese a la pandemia del coronavirus. “El Presidente nos ha solicitado que todos los trabajadores que estén en contacto con el público y resuelvan los problemas de las personas estén en sus puestos de trabajo”, afirmó.

¿Ambigüedad en el mensaje?

Para el psicólogo organizacional y académico de la Facultad de Administración y Economía (FAE) de la Universidad de Santiago, Raúl Berríos, “el mensaje es sumamente ambiguo, en términos de si es o no seguro volver. Esto perjudica la realización del trabajo”.

El especialista explicó que la ambigüedad es uno de los aspectos que más perjudican la efectividad al momento de realizar una labor, ya sea por recibir instrucciones para realizar trabajos que después no son utilizados; porque la jefatura pide cosas urgentes que, finalmente, no lo son; o, como sucedería en este caso, por recibir órdenes contradictorias.

“Este escenario lo que hace es incrementar la ambigüedad. El mensaje inicial era acostumbrarse a trabajar desde la casa y, a continuación, el discurso cambia y es imperativo volver”, consideró.

“Cuando los trabajadores enfrentan contradicciones mentales, y se debaten sobre si algo está bien o mal, ello impacta nocivamente en el trabajo y repercute tanto en ansiedad como en estrés”, agregó.

Sin condiciones para el distanciamiento 

Por su parte, el doctor en arquitectura, especialista en planificación urbana y académico de la Escuela de Arquitectura de la Usach, Carlos Muñoz, advirtió que la ciudad de Santiago no asegura las condiciones para mantener el distanciamiento social, en caso que sus habitantes sean instados a retornar a sus labores presenciales.

En este minuto y desde la perspectiva urbana de la ciudad, en donde aún estamos en una etapa creciente de contagio, es una mala época para empezar a levantar las prohibiciones de cuarentena o de permitir el masivo retorno de estudiantes y trabajadores a sus funciones presenciales”, sostuvo el especialista.

“Hay pocas comunas que tienen espacios públicos para atender a los organismos internacionales, que sugieren una distancia de alrededor de 10 metros cuadrados por habitante”, indicó. “La mayoría de las comunas están muy por debajo de eso. Estación Central, en particular, es un caso bastante complejo, por la residencia de personas cuyos edificios tienen una densidad sobre los 4 mil habitantes por hectárea. Vamos a tener colapsos en salidas de pasillos y sería una zona de contagio enorme”, criticó Muñoz.

“Habrá concentraciones en las calles. No hay parques ni plazas apropiadas para esto y, por supuesto, va a afectar al transporte público”, sintetizó Muñoz. “Si la preocupación es proveer servicios fundamentales que no se están suministrando, la mejor solución siguen siendo los turnos éticos”, concluyó Berríos.

Foto portada: Agencia Uno