La cuarentena obligatoria o el encierro voluntario en el que están muchos por estos días ha interrumpido de manera abrupta nuestra rutina. Esta nueva modalidad de vida tiene impactos en variados aspectos y muchos ya empiezan a enfrentar las consecuencias de la pandemia del covid-19, a pesar de no haberse contagiado. Esto porque la pandemia se ha abierto paso también en nuestros sueños.
Loreto Fuentealba, terapeuta ocupacional que trabaja en un centro comunitario de salud mental, soñó que no tenía su sombra mientras se dirigía al trabajo. Según relata, en su sueño hacía lo mismo que hace todos los días: levantarse temprano, preparar su mochila, arreglar la bici y salir rápido porque nunca deja mucho tiempo para llegar al trabajo. Siempre anda justa.
“Cuando el sol me empezaba a dar, vi que no estaba proyectando nada en el suelo. Era un buen sol, con cielo amarillo según yo, pero no daba sombra cuando se topó conmigo. Me alarmé pensando que podía estar soñando, y me fijé en la hora pero no encontré dónde estaba indicada la hora en el celular ni en el reloj que tenía puesto, así que me subí más angustiada”, cuenta.
Sigue: “Lloré un poco mientras pedaleaba, cuando llegué al trabajo pasé directo a la sala multiuso a mirar un reloj mural blanco (que existe en la vida real) para saber si había alcanzado a llegar a tiempo, pero estaba parado. Le entregaba medicamentos a todas las personas que esperaban, de antes, en la reja…pero nadie se había fijado en que no había cómo medir el tiempo en ninguna parte”.
Además de Loreto, son muchas personas soñando cosas directamente relacionadas al covid-19.
Este es el caso de la estudiante de Odontología, Sara Frenkel, quien afirma que soñó que se encontraba de viaje con su familia.
“Para entrar de vuelta al hotel nos hacían un examen con una como pistola de fiebre que decía si te habías contagiado o no. La hacían con todes y yo salía que me había contagiado. Mi enfermedad era como un resfrío normal, pero después de un par de días, contagiaba a mi papá que es diabético e hipertenso, y a él le pegaba mucho más fuerte. Estaba acostado en la cama y pidiéndole ayuda a mi mamá todo el rato, yo solo sentía angustia de que se muriera por mi culpa”, relata.
¿Cómo funcionan los sueños?
Este tipo de testimonios se han multiplicado durante las últimas semanas en las redes sociales. Una de las disciplinas que se ha dedicado a estudiar los sueños es el psicoanálisis. Según comenta el psicoanalista Mauricio Schwarze, el aparato psíquico tiene una serie de elementos para defenderse de las angustias y de las pulsiones más básicas para funcionar en la cultura, como también no verse sobrepasado por las demandas de la misma.
“A eso se le llama represión. Uno reprime elementos que pueden ser riesgosos o reprime elementos que pueden ser muy angustiosos, genera un monto de angustia menor, pero, al menos, no te expone a situaciones que podrían ser más terribles, esa es la lógica de por qué existe la represión en el aparato psíquico”, señala.
Schwarze agrega: “El sueño es un proceso que se da en una instancia en particular que tiene que ver con el estar dormido que es un momento donde la represión baja entonces el psíquico funciona de manera más fluida. Eso no significa que el psiquismo hable directamente de las angustias y de los deseos que tiene. De hecho, igual tiene que deformar las casos para que pasen por la censura. La represión funciona con una censura. Poniéndolo un poco con personajes como un sujeto que está evaluando que está evaluando todo el rato qué pasa y qué no pasa la conciencia. En el sueño eso se relaja, básicamente, se escabullen elementos del sueño y es por esto que uno tiene estas imágenes que a veces puede dotar con significado o entender que guardan algo”.
El psicoanalista indica que estos elementos están alimentados por la memoria, uno sueña cosas que hayan sido vivenciadas o percibidas.
“Hay elementos del sueño que se le llaman restos diurnos, que tienen relación con experiencias que uno vive a diario. Por ejemplo, si uno se encuentra con una persona que no ve hace mucho tiempo, existe la posibilidad de que uno sueñe con esa persona. El sueño también sirve como un mecanismo para limpiar la memoria de datos que no pueden ser tan útiles después u ordenarlos”, explica.
“Si yo estoy todo el día informándome sobre el covid-19, si estoy todo el día viendo noticias, si estoy todo el día viendo expuesto a información asociada a algo, existe una gran posibilidad de soñar con eso. Particularmente porque también lo estoy viviendo. Lo vivo a través de la cuarentena, lo vivo a través de la falta de contacto. Todo remite hoy al tema del contagio. Eso hace inevitable que quede como elemento de la vivencia diurna y pueda pasar al sueño”, afirma.
No obstante, parte de estos elementos que se perciben se prestan como vehículos para elementos personales, donde haya angustias o temáticas no resueltas, se hace uso de estos elementos que uno ha vivido en el último tiempo para hablar de ello. “Digamos que he tenido conflictos con una pareja o una persona que yo quiero. A propósito del distanciamiento esta persona puede justo volver a aparecer en el sueño de una u otra manera. Es complejo porque estos elementos pasan por deformaciones”, indica.
Schwarze explica que cuando se analizan sueños en la terapia, uno debe suponer que un objeto puede pasar por distintas transformaciones. Por ejemplo, que la emoción vivida por una persona puede ser cambiada de lugar. “En vez de vivirla yo puede ser vivida a través de otro objeto, puede ser depositada en otro objeto. También puede ser que varios elementos de mi vida emocional, yo las concentre en un objeto. Por eso pasa que hay veces donde la gente dice ‘soñé con esta persona, pero no era esta persona, como que tenía rasgos de tal y de cual’, es por que en ese objeto se depositan una serie de cosas”.
Recordar un sueño
Otro aspecto que ha llamado la atención en este periodo es que mucha gente ha manifestado que en medio de la cuarentena ha podido recordar o vivir de manera más intensa sus sueños.
A pesar de que la retención de los sueños es algo variable de persona a persona, Schwarze indica que “no es raro pensar que en la situación en la que estamos viviendo haya mayor trabajo del sueño”.
“Hay que entender que gran parte de nuestro vivenciar emocional se tramita conversando con otros. Se tramita saliendo a carretiar a veces. Se tramita en la pega, donde se puede compartir lo que nos pasa en la casa. Buscando distintos lugares desde los cuales depositar. Si esos lugares no están disponibles para ser depositados de toda esta emocionalidad es probable que se busque otra vía y eso hace que efectivamente los sueños se vivencien más nítidamente”, concluye.
*Capaz te interesa nuestra entrevista con un Onironauta (alguien que sabe como manejar los sueños lucidos)