“Creo que ésta es la primera ocasión, probablemente, al menos en un par de meses, en la que no tenemos a nadie en el hospital (por la COVID-19), así que estamos en una buena situación”, aseguró Ashley Bloomfield, director general de sanidad, en su reporte diario para explicar la situación de la pandemia.
Tras haber dado de alta al último paciente hospitalizado Nueva Zelanda y después de 5 días en los que no se ha detectado ningún nuevo caso nuevo, este miércoles el Gobierno neozelandés dio la buena noticia al país y al mundo que sigue como un esperanzador caso la realidad de NZ.
Desde el principio de la pandemia hasta hoy 27 de mayo, en Nueva Zelanda se confirmaron 1.154 casos y se lamentó el fallecimiento de 21 personas. Actualmente el mismo número permanece enfermo pero en sus casas y según las cifras entregadas por el gobierno, se han hecho un total de 265 mil 435 pruebas en el país isla, que tiene actualmente 5 millones de habitantes.
A finales de marzo, el gobierno liderado por Jacinda Ardern, impuso las medidas de confinamiento más estrictas del planeta, levantando una serie de críticas al momento pero luego siendo considerada por el mundo científico como un ejemplo a seguir.
(Jacinda Ardern hizo además noticia por soportar estoica y con buen humor un temblor bien fuerte en plena entrevista televisiva)
Durante los último 14 días se han vuelto a abrir escuelas, bares y otros negocios tras anunciar que la batalla contra la pandemia se había ganado. Aun así manteniendo normas de distanciamiento social y el nivel 2 de alerta.
En ese momento se anunció también que se comenzaría a legislar sobre el uso de marihuana recreativa y también sobre eutanasia. Otro punto que destacó la prensa mundial esta semana fue el anuncio de que Nueva Zelanda dejará de medir su desarrollo por medio del PIB (producto interno bruto) y lo reemplazará por una medición del bienestar social.
Finalmente, las autoridades del país anunciaron ayer martes la asignación de 22,9 millones de dólares de su presupuesto a los esfuerzos “para crear, producir y distribuir una vacuna contra la COVID-19”, de los cuales 12,3 millones de USD irán destinados a la investigación internacional.