Pensamos que era una broma, luego que se resolvería con el correr de los días, luego no lo creímos nuevamente y finalmente nos queda el sentimiento de frustración.

Los chicos de Smog, de quienes hemos hablado frecuentemente, no les queda más que gastar tiempo y energía en engorrosos trámites si quieren que se haga justicia con un tema bastante desagradable.

La semana pasada, con un escueto post en su blog nos contaban:

Qué irónica es la política.
Después de encargarnos estos guiones que condenan abusos del mercado y hablan de educación, nos informan que no nos va a pagar el total. Y que si queríamos podíamos demandar.

Igual nos encantó como quedaron.

Con “ese nivel”, me quedo pensando quién era el menos malo en las elecciones recién pasadas.

Via Smog