Ya van siete días de protestas sociales en el país tras el fallido proyecto de reforma tributaria propuesto por su presidente Iván Duque. Se contabilizan al menos 19 muertos, mujeres denunciando violaciones por parte de agentes policiales y personas con traumas oculares. Te contamos por qué la sociedad colombiana estalló en palabras del analista político José Miguel Cabezas.
El 15 de abril Iván Duque, presidente de Colombia, anunció un proyecto de reforma tributaria como intento para paliar la crisis económica derivada de la pandemia de Covid-19. Este país es el tercero con mayor cantidad de casos positivos por coronavirus en Latinoamérica y está en el lugar 12 a nivel mundial.
Entre los objetivos de esta reforma estaban ponerle IVA a los servicios funerarios y de internet, agregarle impuestos a productos básicos de la canasta familiar, así como imponer un impuesto solidario a los sueldos elevados. El entonces ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, argumentó que con esta reforma intentarían reunir US$6 mil millones anuales entre 2022 y 2031, para así financiar los programas de asistencia gubernamentales.
Sin embargo, el 15 de abril Duque anunció el retiro del proyecto por el descontento social que produjo. En este contexto, 13 días después, comenzaron las protestas masivas que llamaban a paros nacionales y a salir a la calle a manifestarse. En 2020 el PIB colombiano cayó 7 puntos y la pobreza monetaria escaló al 42,5%.
Hablamos con José Miguel Cabezas, analista político e investigador del Centro de Investigación en Sociedad y Salud de la Universidad Mayor, para poder entender lo que está pasando con el estallido social colombiano.
¿Era necesaria esta reforma tributaria?
“¿El Estado necesita recaudar más fondos? Sí, sin duda. ¿Existe agua en la piscina política y social para que esos fondos provengan prácticamente de forma equitativa de toda la población? Muy probablemente no. Así, la decisión central de que todos tengan que apoyar de la misma forma genera una percepción y una sensación de injusticia en la ciudadanía porque observamos que la pandemia afecta de forma distinta a los individuos según su situación económica”
Hemos visto que las movilizaciones ahora tienen más consignas que solo la reforma tributaria, tal como pasó en el estallido social de 2019 en Chile…
“Estas protestas llegan a ser la gota que rebasa el vaso. La movilización nunca ha sido monosemántica: siempre ha sido una canalización de muchas demandas que no han sido contestadas adecuadamente según la percepción de la ciudadanía. De la misma forma que en Chile podríamos decir ‘No son 30 pesos, son 30 años’, probablemente en Colombia veremos un eslogan similar durante los próximos días: no es solamente esta reforma”
¿Existe una represión desproporcionada hacia la ciudadanía colombiana?
“Gran parte de la movilización social fue reprimida y se violaron los Derechos Humanos de muchas personas, por lo tanto la proporción con la cual el Estado y la policía reprime las protestas es bastante brutal y parte de la lógica que hemos visto en toda la región”
Duque retiró el proyecto y organismos como la ONU se han pronunciado al respecto, pero aún así siguen las protestas. ¿Es suficiente?
“Más allá de la respuesta institucional, donde la misma ex presidenta Bachelet condenó los hechos, a la persona que está en la calle protestando no le es tan importante hoy como otras acciones simbólicas. Por ejemplo, en las redes sociales se está apuntando a los artistas que han tenido respuestas suaves, blandas o que simplemente no se han pronunciado. En el tema de las percepciones y evaluaciones políticas se requiere mucho más de mensajes y acciones políticas simbólicas. Es la evaluación subjetiva de la ciudadanía que se va armando entre cercanos, familiares y hoy en redes sociales la que debe cambiar y para eso necesitan efectos simbólicos de política: que se salga a pedir perdón, que rueden más cabezas en términos políticos y que se haga un discurso diciendo vamos a enmendar el camino”